– ¿Cómo le fue esta semana en la finca ganadera, Juan?
– Qué bueno saber que bajo el mando suyo, la finca no podría manejarse y desarrollarse mejor. Todos allá le mandan muchos saludos y preguntan cuándo va a volver.
– Ay, ojalá pudiera ir todas la semanas; algún día podré. Me hace falta la finca y todos los de allá. Es tan linda, ¿cierto, Juan?
– ¿Cómo habrán pasado de bueno los que habitaron esas tierras antes de la colonización, cierto, don Bruno?
– Habitaron un verdadero Edén, Juan, con aguas vivas y naturaleza rebosante. Y oro para hacerse joyas y cosas bonitas.
– Pero se nos murió un torito, don Bruno, mordido por una culebra.
– Qué lastima, Juan. Aun en el Edén hay culebras, como comprobó el mismo Adán.
– Bueno, don Bruno ¡vamos con las rabias!
– Juan… La deforestación está arrasando con la vegetación, los animales, las aves, las aguas, el aire y la tierra incomparablemente bella de Colombia.
– ¡Qué Rabia!
– Los arrecifes están muriendo por la falta de su cuidado por parte del Estado.
– ¡Qué Rabia!
Todo lo Precolombino, nuestro patrimonio histórico, al que no se le puede poner precio, saqueado, robado y destruido.
– ¡Qué Tristeza Inaguantable!
– Pico y Placa…
– ¡Qué Rabia!
– Que hagan las vías y metros, en vez de gastarse la plata de los impuestos de los Colombianos.
– ¡Qué Rabia!
– Límites de velocidad de 30 kilómetros por hora, tan despacio que nadie los puede cumplir ni los otros carros dejan. Límites hechos no más que para multar y policías listos, esperando para hacerlo.
– ¡Qué Rabia!
– Líneas dobles en medio de todo el largo de las carreteras que no dejan pasar; que nadie obedece, claro, porque se haría una fila interminable a lo largo y ancho del país. Pero si pueden, lo multan o sobornan a uno.
¡Qué ignorancia!
¡Qué Rabia!
– Discriminan los vehículos con más años, cuando todos los vehículos que han pasado su tecno-mecánica tienen que estar con iguales derechos de transitar ¿O entonces para qué la tecno-mecánica? Y no es barato sacarla.
¡Qué Rabia!
– Que prefieren insultarlo a uno antes de devolverle el dinero de un producto con el que uno no quedó satisfecho. Eso es lo que da el proteccionismo y los monopolios.
¡Nos creen bobos!
– Que las empresas de telefonía celular ponen una grabación del número al que uno está llamando y lo cobran. Millones y millones de pesos para ellos por una cosa que uno no alcanza a descifrar y que uno no quiere, pero se lo clavan como sea, bajo el pretexto que es un servicio, pero uno que solo lo enloquece a uno y los enriquece a ellos
– ¡Nos creen bobos!
– Qué Rabia
– Congestiones, tacos, polución.
¡Qué Rabia!
– Ambulancias atrancadas en tacos y se mueren los pacientes o quedan peores por las demora.
¡Qué Crueldad – Qué Desgracia!
¡Qué Rabia!
– Edificios feos por todas partes pero nada de parques públicos centrales y espaciosos.
¡Qué Rabia!
– Las casas y edificios antiguos históricos de las ciudades y los pueblos los dejan tumbar para cambiarlos por construcciones ordinarias y feas.
¡Qué Rabia!
– Las mismas autoridades tumban sus propias cedes antiguas para robar con lo que hacen en su reemplazo.
¡Qué Rabia!
– El sagrado patrimonio cultural que pertenece a todos los colombianos se lo roban.
¡Qué Rabia! … ¡Qué Rabia!
– Pero si unos desgraciados se meten a la casa de uno y lo amenazan con armas y lo amarran y aterrorizan a sus hijos y esposa… “no pasa nada”.
¡Qué Rabia!
– Lo atracan a uno… “no pasa nada”.
¡Qué Rabia!
– Lo golpean a uno… “no pasa nada”.
¡Qué Rabia!
– Lo amenazan a uno… “no pasa nada”.
¡Qué Rabia!
– Le violan la hija de uno… “no pasa nada”.
¡Qué Rabia!
Lo matan a uno… “¡no pasa nada!”.
¡Qué Rabia! … ¡Qué Rabia!
– ¿No les da vergüenza? ¡Y responden con carreta! ¡Denuncias que no sirven para nada!
Para que llame meses después La Fiscalía cuando sabe que ya no hay nada que hacer y ya para qué, si el hecho se debía afrontar en su momento…
– Pero eso sí, antes de llegar a la Fiscalía, luego que la policía no haya hecho nada, por herido que uno esté, hay que ir a otras mil partes por su propia cuenta y esfuerzo.
– ¡Todo está montado por el Estado para que el Estado evite hacer lo que el Estado debe hacer, lo que el Estado está pagado por el pueblo para hacer!
– ¡Que rabia!
– Pero eso sí, que falte una venda del equipo de carretera o el extintor vencido, y multa de cientos de miles de pesos.
– ¿Qué hacen con tantas multas? ¿Qué hacen con tantos impuestos? ¿En que se esfuman?
– Solo puede ser en la degeneración y decadencia de las Instituciones Colombianas.
– ¡Porque, por cierto, no es para proteger a los ciudadanos Colombianos!
¡Qué Rabia – Qué Rabia!
– Sabiendo que Colombia está sujeta a años completamente previsibles de sequía por el fenómeno del niño, nunca el Estado los anticipa, y se secan las represas y hay racionamiento de agua y de energía con todo el respectivo trastorno, incomodidad y perdida de crecimiento económico y bienestar Colombiano.
– Es que, como se hacen obras pendejas para robar, así nadie quiere financiar las obras grandes altamente necesarias.
– Y como los gobiernos solo duran cuatro años y no hay como acabarlos legalmente, cada gobierno se hace el loco y deja el problema peor que antes.
– ¡Así no hay como!
– ¡Qué frustración tan Enloquecedora!
– Derrumbes y avalanchas seguidos que matan Colombianos, que mueren enterrados vivos ¡por Dios! o sofocados en su vehículos ¡por Dios!
– “La vida de un Colombiano = La vida de todos los Colombianos” O dígame si no, si uno es el enterrado vivo.
Las obras viales se deben hacer con todos los cuidados para proteger a los colombianos que las usan. Pero no, se hacen para robar, y como se roban todo quedan mal hechas y peligrosas… y acaban valiéndoles a los Colombianos diez veces más de lo que hubieran valido si hubieran sido hechas con patriotismo.
– Debería haber geólogos inspeccionado permanentemente las vías y los alrededores de los lugares habitados para prevenir desastres. Pero no, los gobiernos dicen… “Ah, el invierno”. Como si normalmente no hubiera dos inviernos cada año en Colombia. Como si eso no fuera completamente previsible.
– ¡Qué Llanto! ¡Qué Lamento!
– ¿Y cuánto más no hay de todo eso, don Bruno?
¡Todo es Tan Duro!
¡Todo es Tan Difícil!
¡Todo Cansa Tanto!
¡Todo es Tan Costoso!
¡Todo es Tan Confuso!
¡Todo es Tan Desagradable!
¡Todo es Tan Hostil!
¡Todo es Tan Brusco!
¡Todo es Tan Peligroso!
¡…Todo Desanima…!
– ¡Ya no más de nada de eso, Juan!
– Le digo, don Bruno, que si el Estado buscara no más que aliviar lo duro que es todo… con eso estaría haciendo para Colombia lo que este país, superior en todo lo que le es natural y lo que su buena gente tanto merece, y estaría gobernando en vez de estarse haciendo el loco.
– Y sin duda, don Bruno, los Colombianos tienen muchas más cosas que les da rabia.
– Claro que sí, Juan, es que el país sacrifica todo su progreso y prosperidad, su educación, su salud, su paz, su orden, su seguridad, su justicia, su esparcimiento, la protección de su entorno natural y su patrimonio histórico, sus esperanzas y su futuro, para…“sostener un estado ineficiente, inefectivo, indiferente, abusador y corrupto”.
Y, don Bruno, está que se cae todo.
La única meta de los gobiernos colombianos, Juan, es evitar el despelote total, pero nunca buscarle la salida y enrumbar bien al país.
– ¿Y qué puede hacer uno don Bruno?
¿No será Juan que desde esta paz, pudiendo casi tocar el cielo, viendo por encima de Colombia, nos iluminamos con ideas para ofrecerle a nuestra querida patria y a nuestros queridos patriotas?
Pues yo estoy dispuesto don Bruno.
Y yo también Juan.
– ¿Pero, don Bruno, dónde empezamos con tanto que se necesita arreglar?
– Pues, Juan, para arreglar todo, primero hay que arreglar lo que determina todo, o sea, el estado Colombiano, o sea, el gobernar Colombiano, o sea, la política Colombiana.
– Eso sí que se necesita arreglar, don Bruno, porque es un desastre en que nadie cree y con toda razón.
– Listo, Juan. Nos hacemos cita todas las madrugadas a ver qué se nos ocurre y empezamos con el gobernar Colombiano.
– Váyale echando cabeza y yo haré lo mismo.
– No voy a poder dormir, don Bruno, con semejante reto encima.
– Duerma, Juan, que lo que necesitamos son sueños.
– Felices sueños entonces, don Bruno.
– Mañana, Juan, hablaremos de la reforma de la política gubernamental colombiana. Una total reforma del Sistema Republicano de Gobierno, perfecta para Colombia.