La actualidad política a abril del 2022 es esta: las elecciones presidenciales venideras serán entre el establecimiento colombiano y la izquierda, con una votación muy baja del electorado total, ignorando completamente a todo ese pueblo colombiano que no votará (cerca del 60%), y que no votará por no estar representado y por no tener voz.
No votarán muchas personas en los barrios populares, las comunas, los pueblos, las veredas o los campesinos. No votara gran parte de la esencia del pueblo colombiano.
Si el pueblo colombiano no tiene voz a través de la representación universal, Colombia nunca llegará a ser Colombia.
Y si Colombia no llega a ser Colombia, Colombia estará siempre inmersa en la incertidumbre, la ignorancia, el conflicto y el atraso.
Si Colombia no llega ser Colombia, Colombia nunca va a poder estar satisfecha y orgullosa de sí misma.
Si Colombia no llega a ser Colombia, Colombia nunca será Nación.
Y la muestra de ello está en las venideras elecciones presidenciales, porque…
Si gana el establecimiento, el izquierdismo desde las calles y desde el fraccionado, ciego y sordo Congreso, le va a hacer imposible gobernar.
Si gana el izquierdismo, el establecimiento desde las fuentes de riquezas y también desde el fraccionado, ciego y sordo Congreso, le va a hacer imposible gobernar.
Como sea, aun en caso que a Colombia le vaya bien, vienen cuatro años de prender y apagar incendios.
Entonces. ¿Qué posibilidades hay, bajo esas condiciones, de que Colombia avance hacia el progreso o la prosperidad? ¿Qué posibilidades hay, bajo esas condiciones, que Colombia retroceda, otra vez, hacia el caos y la miseria?
Yo digo que las posibilidades son del 40% que avance, contra el 60% que retroceda, casualmente la misma proporción entre votantes y no votantes.
Colombia tiene que encontrar una salida democrática, plural, popular y pacífica a la prolongación de la anterior situación, que está llegando a su punto de quiebre después de décadas de fracasos en las formas de gobernar de Colombia, bajo una constitución equivocada, elaborada bajo amenazas y basada en el romanticismo.
Juan y don Bruno, dos patriotas y nada más que eso, ruegan considerar muy seriamente la opción de la «Democracia Dual» que ellos proponen, la cual se lograría democráticamente, pluralmente, popularmente y pacíficamente.
La «Democracia Dual» no es establecimiento ni izquierdismo ni grandes egos aferrados al poder o aferrados a lograr el poder, indiferentes ante sus egos del bien de la patria.
A Boris Johnson, de la parlamentaria Gran Bretaña, están que lo echan por haberse olvidado de utilizar la máscara anti-corona virus.
¡Eso está bien!
Es bastante extremo, dado lo enloquecido que está el mundo y las necesidades de la Gran Bretaña de afrontar ese enloquecimiento para su propio pueblo y para la seguridad mundial, y de tener un gobierno desbaratado. Pero Boris sí infringió una ley que él mismo pasó, y estrictamente hablando debería irse.
Y aunque la legislación británica no tiene un mecanismo para descalificar a un gobernante, nunca un gobernante ejerciendo había infringido la ley mientras ejercía, por lo tanto el parlamento si tiene la capacidad de acabar con ese mandato. ¡Que es muy bueno!
Solo la Reina o el monarca de turno pueden unilateralmente terminar un gobierno británico.
Pero también el parlamentarismo tiene la seguridad y la practicidad para acabar con un gobierno, ejerciendo la facultad que tienen los ministros de parlamento del partido gobernante de desaprobar a su propio líder, lo cual augura bien para que Boris pueda seguir afrontando el enloquecido mundo.
En cambio, el republicanismo es mucho más inestable e inseguro.
En la república de Estados Unidos, a Donald Trump, quien instigó a la insurrección para tumbar los resultados electorales desfavorables para él y quien mintió sobre esos resultados para lograrlo, se le ha dado más plata de parte de particulares para seguir en la política norteamericana que al partido republicano.
El republicanismo francés es casi tan absurdo como el colombiano. Por estar tan fraccionado entre extrema izquierda, izquierda, centro, derecha y extrema derecha, no puede funcionar debidamente para su pueblo como un todo.
Y toda esa confusión de las formas de gobernar del mundo libre es altamente favorable para Putin, cuando todo el mundo libre debería tener la prioridad absoluta de acabar con la horrorosa y horrenda invasión de Putin a Ucrania.
Hay que encontrar una forma de gobernar distinta, por Dios.
La «Democracia Dual» no es ninguno de los anteriores y por cierto no es de súper egos como Putin, ni siquiera es de Putincitos.
El republicanismo muy fácilmente lleva a dictaduras democráticas egoístas arrastradas por el populismo y la polarización.
En Colombia, eso es lo que más ha habido durante la presente Constitución Colombiana…
… y ahí sigue el potencial de que continúe así.
¿La «Democracia Dual» que es?
Es el pueblo colombiano, todo el pueblo colombiano con el pueblo colombiano ante el pueblo colombiano para el pueblo colombiano de parte de gobernantes que, por la gracia del pueblo colombiano, fueron ascendidos por el pueblo colombiano a través de la escalera política colombiana, que lleva desde lo más aparatado y cercano de la geografía colombiana y desde lo más cercano individualmente y personalmente del pueblo colombiano hasta la Presidencia de Colombia.
La «Democracia Dual» hace que el gobernar colombiano sea un gobernar de carrera… El primero y único en el mundo.
Sin financiación de particulares.
Los gobernantes Colombianos bajo la «Democracia Dual» van ascendiendo según demuestran sus capacidades para gobernar y por ello, con la aprobación del pueblo colombiano, logran llegar al puesto máximo del gobernar: la Presidencia de la Republica.
Seguiría siendo Colombia una república, solo que estaría utilizando la forma de gobernar republicana evolucionada a su último estado, tal como las facilidades de comunicaciones del mundo moderno permiten y que por la falta de ellos el republicanismo tuvo que distorsionarse en sus principios, y se ha quedado demasiado tiempo con esos limitantes y riesgosas distorsiones.
¿Por qué? – Por la falta de visión.
Y también por tratar de acomodar el republicanismo al federalismo, que ha mostrado ser un gran peligro, tal como la historia de Colombia lo demuestra y el actual republicanismo lo sigue demostrando en donde es utilizado.
La «Democracia Dual», en cambio, es naturalmente y saludablemente federal.
Vamos entonces con la charla que incluye algunas joyas de esa «Democracia Dual» que ya está empezando a ser conocida por los colombianos:
Juan, buenos días.
Don Bruno, ¿cómo amanece?
Juan, amanecí dichoso porque pasé tan bueno ayer montando por ese ambiente caluroso, de lozano trópico, de pájaros, iguanas, frutos maduros como joyas colgantes de los árboles, y obviamente verdosos pastos salteados de tan hermoso ganado, con sus toros magníficos.
Si, don Bruno, y la finca tan bien organizada y cuidada y productiva, con sus aguas y bosques protegidos. De verdad que da gusto y satisfacción, o como dice usted, don Bruno, da dicha.
Pues, Juan, suyo es el mérito, suyos son los resultados tan lindos y beneficiosos.
Hacemos muy buen equipo, don Bruno
Así es, Juan, para una mayor dicha.
Gracias, don Bruno. ¿Me va a contar entonces las cositas que quedan sobre todo lo tan bueno y alentador que hemos hablado para arreglar la política y el gobernar colombiano?
Vamos ya con eso, Juan…
Financiación de campañas:
Campañas financiadas, Juan, directamente por los municipios para alcaldes, por los departamentos para gobernadores, y por el Estado para presidente, con cuotas iguales para las correspondientes campañas y con oportunidades iguales de exponer, debatir y mostrar las bondades de los aspirantes a sus puestos, todo bajo el control y fiscalización del Contralor General de la República y sus correspondientes funcionarios públicos municipales, departamentales y estatales.
Mucho mejor, don Bruno, sobre todo que habrían elecciones no más que para alcaldes, gobernadores y presidente, mucho más sencillo y entendible que el enredo de ahora, y con todo lo que eso le economizaría en elecciones a los colombianos comparado con la mano de elecciones perdidas que hay ahora.
Si, Juan, porque los alcaldes eligen a quienes hemos llamado «Alcaldes Representantes» de Congreso y todos los gobernadores serían a su vez los «Gobernadores Senadores», y los «Alcaldes Representantes» y los «Gobernadores Senadores» pondrían un candidato propio para presidente.
Y también, don Bruno, al estar cubierto por el estado en las regiones y el estado central el costo de sus respectivas campañas, se evitarían las influencias nocivas de platas de particulares en las campañas políticas, lo cual purificaría al máximo la democracia Colombiana.
Y además. Juan, si todos los candidatos tuvieran exactamente las mismas oportunidades de demostrar sus capacidades de gobernar, todas la elecciones colombianas serian justas.
Qué berraquera. don Bruno.
Ejecutivo en Jefe:
Se sugiere la figura del «Ejecutivo en Jefe», nombrado por la bancada gobernante para encargarse de la administración institucional del estado, de asegurar que las entidades del estado sean justamente adecuadas y nada más, empleando el número de personas adecuadas solamente, gastado solamente los dineros del estado necesarios, produciendo los resultados para los cuales existen, funcionando a máxima eficiencia y con gracia y espíritu de servicio para los ciudadanos.
Clave eso, don Bruno, absolutamente clave. Si no, rápidamente volvemos a tener un estado elefante.
Si, Juan…
Un «Ejecutivo en Jefe» para asegurar que la gran empresa del estado dé las mayores utilidades posibles en ahorro, en eficiencia, en honradez y en servicio a la patria”.
No sé, don Bruno, cómo no existe en la actualidad un encargado de asegurar que el estado funcione a su máxima posible eficiencia y a su menor posible costo para los colombianos.
Pues si no existe, Juan, es porque los políticos así no podrían aprovecharse de la plata de los colombianos para sus propios fines personales y políticos.
Juan, la «Democracia Dual» es para Colombia…
… altamente aconsejable, practica, democrática y costeable, y lo es así porque es el resultado natural de la experiencia adquirida de tantos intentos fallidos durante los 200 años de política colombiana, fallidos por no haberse originado entre el común de la gente.
Es que en Colombia se ha insistido ciegamente en gobernar con el voto de la gente común, pero no para la gente común, muchas veces con las mejores intenciones, pero, por mucho que eso parece democracia, no lo es, es aristocracia.
Y el patrón gubernamental de las últimas décadas ha llevado esa política aristocrática a su mayor extremo.
El republicanismo que se está usando en Colombia, y en general en el mundo donde opera, fue diseñado para épocas pre-electricidad, pre-teléfono, pre-automóvil, inclusive pre-ferrocarril, e insiste en seguir así en época del internet y la posibilidad de congregar y compartir y decidir y ejecutar en presencia virtual, o de ir de una parte a otra en minutos, que obvia la necesidad de tener doble representación a través de la patria…
… ¿Alcaldes y Representantes?, ¿Gobernadores y Senadores?…
Eso era cuando la representación requería tener presencia doble en los municipios, gobernaciones y en el Capitolio Nacional por las distancias eternas de cruzar y por las comunicaciones manuales sujetas a esas mismas distancias.
¡Ya no!
Ya las distancias se pueden medir en minutos y las comunicaciones son electrónicas a la velocidad de la luz.
Más claro no canta un gallo don Bruno.
La transición al dualismo democrático seria simple, Juan: Como los alcaldes y gobernadores ya electos estarían aun ejerciendo en el momento de cualquier futura elección presidencial, podrían elegir para Congreso, entre alcaldes, los «Alcaldes Representantes», con todos los gobernadores como «Gobernadores Senadores», y elegir un candidato presidencial alcalde y un candidato presidencial gobernador.
¿Cómo le parece, Juan?
Sería tan fácil y rápido, don Bruno, y sin nada de enredos políticos y protagonismos y hablar y hablar bobadas y bobadas.
¿Cierto, Juan?
Y ya, Juan, en las nuevas elecciones regionales se darían los nuevos alcaldes y gobernadores, y luego los «Alcaldes Representantes» y «Gobernadores Senadores», bajo quienes el sistema se normalizaría.
Don Bruno, sin ningún traumatismo ni gran gasto ni gran función se pasaría de manera completamente natural a una forma de gobernar que funcione.
Kakaraká, don Bruno.
Mañana oiremos a los gallos cantar de verdad, Juan, y yo le canto las últimas estrofas del sistema de gobernar político colombiano.
Y yo le hago coro, don Bruno.
Con el sentimiento de esas palabras me voy para la cama como un hombre contento.
Hasta mañana, Juan.