Juan, con la propuesta de lo que hemos llamado capitalismo dual hemos ofrecido la esperanza de un gobernar colombiano de carrera, patriótico, funcional, de bajo costo, sencillo y entendible para todos, y participativo de todos, y por lo tanto, realmente democrático en su expresión más popular.
Ahora, Juan, el sol se levanta nuevamente sobre esta bendita Colombia, nuestra querida, hermosa, fértil, rica, abundante patria, privilegiada en su naturaleza y sus gentes.
Si, don Bruno, un nuevo amanecer para que usted y yo veamos qué más podemos pensar para el bien de nuestra amada Colombia.
Juan, es la madrugada del mejor bienestar económico colombiano que se nos pueda ocurrir.
Que emoción, don Bruno, ¿con qué empezamos?
Sigamos adelante entonces, Juan, con oro Colombiano…
Juan, enrojece el cielo colombiano esta madrugada como si fuera hecho de oro.
Así como está, don Bruno, vale más que todo el oro del mundo.
Sin ninguna duda, Juan.
Vamos a pie al pueblo, don Bruno, y vamos charlando más sobre el oro colombiano.
Qué buen plan. Qué dicha estar vivo en este paraíso, Juan.
Hábleme entonces de oro, don Bruno.
Escuche pues, Juan.
Volver al patrón oro
Volver al patrón oro, Juan. Qué manera tan original, llamativa y convincente de convertir, de la noche a la mañana, el peso colombiano, que actualmente es una moneda de bajo o casi ningún valor internacionalmente, en una moneda segura y deseable para transacciones internacionales,
Y también, Juan, para evitar la desvalorización interna y externa del peso colombiano,
Y, Juan, también para sostener y fortalecer su respaldo, credibilidad, aceptación y valor de cambio para gestiones internas de productividad e intercambio y para su alta liquidez internacional.
Es que mire, Juan, la cantidad de dinero colombiano en circulación es bastante poca comparada con otras monedas, lo que hace muy factible respaldarlo con oro, del que Colombia tiene más que suficiente y de muy fácil y barata extracción.
Eso se lo aseguro, don Bruno.
Y, Juan, como todo el oro colombiano en primera instancia es del Estado por pertenecer al subsuelo, el Banco de la Republica podría sencillamente separar una mina de oro de conocidas reservas como respaldo de la moneda colombiana… El Fort Knox colombiano.
Pues no sé eso qué es, don Bruno, pero suena muy seguro.
Patrón, oro internamente.
Como usted bien lo dice, Juan, una enorme parte de la plata de los Colombianos está debajo de los colchones porque nadie quiere dejar que se desvalorice en manos de los bancos en donde de todas maneras se acaba rápidamente por los costos bancarios y el impuesto bancario.
En todo caso, Juan, bancos aparte, el peso colombiano, respaldado por oro, valdría muchísimo en los ojos de los Colombianos por volverse así de sumamente mayor confianza entre ellos para transacciones.
Le digo, don Bruno, eso fortalecería enormemente la economía colombiana en todo sentido.
Eso sí, Juan, el valor en oro que se le daría al peso colombiano tendría que ser suficientemente inferior al valor de la cotización internacional del oro en si para evitar demasiado cambio de billete por oro en mineral.
Oiga entonces, Juan, que el peso colombiano esté respaldado por su equivalente peso en oro haría que los Colombianos creyeran en su dinero, que es lo único que hace que el dinero pueda cumplir su función, les haría confiar en su valor real y les daría confianza en su uso como medio de cambio garantizado y seguro, a través de lo cual se lograría un medio de cambio colombiano resguardado, estable y deseable.
Y Juan – ¡el ahorro y la inversión se estimularían como de ninguna otra forma!
Pues si don Bruno, al menos así la plata de uno dizque ahorrada en un banco no perdería tanto su valor.
Y, Juan, los bancos no tendrían que cobrar tanto por tener la plata de los colombianos porque esa plata no perdería valor, no se devaluaría – ¡Se revaluaría!
La realidad actual, Juan, es que el Peso Colombiano no tiene ninguna capacidad de compra en el exterior.
A ello hay que sumar el hecho que la devaluación del peso colombiano no tiene ninguna manera económicamente válida para controlarla ni contrarrestarla, sino que está sujeta a su propia debilidad ante la inflación, que tampoco tiene cómo controlarla ni contrarrestarla efectivamente. Por mucho que suban la tasa de interés, que es lo único que pueden hacer, está sujeta a la economía mundial que menos tiene cómo controlarla ni contrarrestarla.
Así, Juan, es imprevisible el costo de las compras en el exterior, que ampliamente necesita toda la economía colombiana por haberse acostado con sus ingresos ilegales, pero para las cuales hay que cubrir divisas con pesos colombianos en devaluación. Y lo que es imprevisible es de alto riesgo económicamente para Colombia, o cualquier país, pero sobre todo para Colombia que importa todos sus alimentos básicos y su maquinaria y equipo industrial usando ingresos ilegales para girar las divisas correspondientes.
Y, Juan, la devaluación hace que esas enormes compras en el exterior sean más caras. Pues, si cada día el peso colombiano compra menos divisas por estarse devaluando, hay que gastar más pesos para comprar en el exterior.
Además, Juan, la devaluación, por hacer más costosas las compras en el exterior, hace que haya mayor inflación, que hace que haya mayor devaluación. Y lo peor de todo es que hace cada vez más caro el costo de vida colombiano que ya está exageradamente caro y se pondrá galopante con las circunstancias actuales de la economía mundial, por la prolongación de la guerra de Putin y el desacelere chino.
No es sino que se mire la devaluación precipitada que hubo luego de la bonanza cafetera de 1978 cuando se rebajaron esos ingresos cafeteros inesperados y de corta duración. De eso me hablaban chiquito, don Bruno, pero eso sí, nos fue bien con los cafetales en ese entonces.
Muy bueno, Juan, pero esa devaluación ocurrió antes que los ingresos del narcotráfico asumieron la enorme importancia que tienen ahora. Pero esos ingresos ilegales, que mantienen a Colombia tan boyante que se despreocupa de producir sus comidas, también mantienen a Colombia en un estado latente de quiebra.
Eso sí que sería una tragedia, don Bruno.
Que sí qué, Juan. De hecho, si hubiera llegado la gran depresión económica que todo el mundo esperaba debido a la pandemia del corona virus, es casi seguro que lo primero que se hubiera tenido que dejar de comprar en el mundo habrían sido los narcóticos y eso hubiera casi quebrado a Colombia en su liquidez internacional y no hubiera podido Colombia importar todas sus comidas básicas que, por acostarse con sus ingresos ilegales, dejo de producir, porque Colombia no hubiera tenido con qué pagarlas a países que valoran lo que tienen de valor.
¿No dirá la gente, don Bruno, que tenemos ingresos del exterior por el petróleo, café, banano, níquel, cobre, carbón y eso?
Aportamos al mundo unas migas de esas cosas, Juan, que algo nos trae, pero ¿cómo se pueden comparar con aportarle al mundo el 70% de su cocaína?
Es que, Juan, de faltarle a Colombia súbitamente sus ingresos ilícitos se acabaría, relativo a sus necesidades, su liquidez internacional y su capacidad deimportar sus comidas básicas, y habría hambruna en Colombia.
Me tienes con mucho susto con todo eso, don Bruno.
No es para menos, Juan.
Pero oiga, Juan, el peso colombiano, respaldado por su oro haría:
*Fortalecer el peso colombiano enormemente para contener la devaluación.
*Mejorar ampliamente la liquidez internacional colombiana.
*Amortiguar la dependencia colombiana de sus ingresos ilegales.
*Como el peso colombiano valdría oro, que vale más nominalmente e intrínsecamente que los narcóticos, la demanda interna Colombiana por los ingreso ilegales de los narcóticos se reduciría, y por lo tanto los cultivos que los producen también.
Cada vez mejor Juan. Si el peso colombiano estuviera respaldado por su valor equivalente en oro colombiano, se convertiría automáticamente en una moneda de valor solo secundario al oro mismo. Se convertiría en la moneda de mayor valor relativo del mundo en el cual el oro es rey.
Sobra decir Juan que el peso colombiano no se va a convertir en el rey de las monedas así, pero sí le daría una confianza internacional que nunca ha tenido y que lo fortalecería también como nunca antes, y hasta podría empezar a ser aceptado como medio de cambio directo con tantos países tan deseosos por sostener sus producciones y ventas a cualquier costo con los efectos de la guerra de Putin sobre el alza de precios, escasez y decrecimiento económico, y además, podría empezar a ser aceptado el peso colombiano para reservas internacionales colombianas, ¡como garante!
No, don Bruno, suena lo mejor.
Y Juan. Adicionalmente al peso colombiano con patrón oro, se podría usar oro en bruto para compras colombianas en los mercados internacionales.
Pues, don Bruno, ¡oro tenemos!
Y Juan, con tantos países desesperados por sostener sus producciones y ventas -sobre todo con la guerra económica y fría y activa que está en alza entre el mundo autocrático y el mundo libre, más el decrecimiento de la economía China – es altamente posible que muchos países encuentren atractiva la opción de aceptar como forma de pago para sus bienes e insumos el oro en bruto.
Don Bruno, ¿por qué no? Me suena lo más de atractivo.
¿No hubo un caso reciente venezolano que, por la quiebra total de su liquidez, fue obligado a saquear sus pocas reservas de oro para cumplir con una deuda?
Que buen aporte Juan porque, ese caso comprueba que el oro si es deseable como medio de pago internacional.
Y Juan, en el uso del oro en bruto como medio de pago internacional, Colombia podría encontrar una opción muy factible y acomodada a las posibilidades colombianas de nada menos que ¡enriquecerse!
Habrá costos adicionales Juan en el transporte, seguros y seguridades al usar oro en vez de medios electrónicos de pago, pero serian fácilmente asumibles.
Y puede Juan que el valor de la cotización internacional del oro baje un poco porque Colombia está usando el oro como medio de pago y por lo tanto hay más oferta de oro pero eso duraría muy poco.
Y oro tiene Colombia de sobra don Bruno.
Si Juan, Colombia tiene oro de sobra. Entonces, para el caso de patrón oro para el peso colombiano, no habría problema en sostenerlo indefinidamente porque el oro seguirá en la tierra como garante de la solidez del Peso, y de usarse seria de poca cuantía cotidianamente.
Juan, solo de llegar una situación económica de gran revés mundial, como una tercera guerra mundial – ¡está que sucede, increíblemente, Juan! – que hiciera que todas las monedas perdieran sus credibilidades, podría haber una gran demanda por convertir pesos en oro, en cuyo caso, si fuese posible cumplir con la demanda por oro, el peso conservaría un valor tan alto que la economía Colombia estaría en las mejores condiciones posibles ante tal revés.
Qué medida de aseguramiento tan efectiva don Bruno.
Y Juan, si se optara por no cumplir con el Patrón Oro Colombiano debido a la imposibilidad de hacerlo ante semejante revés general económico, pues el oro permanecería en la tierra.
Ahí estaría, don Bruno, de gran garante para cuando se necesita.
Si Juan, aunque para el caso de usar oro en bruto para compras internacionales, sí habría que minar bastante oro con el daño al entorno que eso causaría y se reducirían rápidamente las reservas colombianas de oro, entonces, para el caso de compras por oro quizás se optaría por usar la medida transitoriamente mientras logra los mayores beneficios colombianos posibles, tales como poner a Colombia autosuficiente en sus comidas, minería y producción, modernizar la infraestructura, y quitar los peajes.
Me parece muy sensato don Bruno
Bueno Juan, estamos entrando al pueblo.
Venga don Bruno nos comemos un buen desayuno en la tienda de mis primos.
¿Qué mejor garantía para un buen desayuno que ese Juan?
Y después don Bruno averiguamos bien el asunto del ariete.
Muy importante Juan porque tengo un fuerte presentimiento que próximamente vendrá de nuevo “el niño” con su gran sequía, y vamos a tener que subir agua para regar los potreros de la finca ganadera y mantener al ganado con pastos.
Pues mejor que usted para predecir el clima no conozco don Bruno, y hombres prevenidos valen por dos cada uno ¿cierto?
Demasiado cierto Juan.
¿Y de qué hablaremos sobre esa mejor Colombia mañana don Bruno?
Hablaremos de si Colombia es capaz de suplir toda su propia demanda.
¿Cómo no va ser capaz don Bruno?
Lo mismo digo yo Juan, pero hoy en día no es capaz como están las cosa, entonces mañana hablaremos del alcance de la producción colombiana para suplir toda la demanda nacional y la responsabilidad social primaria del alto sector económico privado.