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Aquí otra vez, en las alturas colombianas, Juan, luego de estar en el gran rio Amazonas, donde empieza a alargar sus pasos en su largo camino al Océano Atlántico.
Qué paseo tan bueno, don Bruno, y ¡qué río! y ¡qué selvas!
Vimos todo lo que fuimos a ver y todo lo que vimos se ve esplendoroso viéndolo en vivo.
Sigamos entonces, Juan, con nuestras charlas por Colombia.
Íbamos a hablar de ciencia y filosofía de las leyes naturales humanas, don Bruno.
Sí, Juan, pero con nuevas energías luego de nuestro descanso quisiera seguir con dos o tres charlas relacionadas específicamente con Colombia para que no nos falte detalle alguno en nuestra obra sentidamente patriota de total desinterés personal.
Sí, don Bruno, hagamos hasta lo último por nuestra querida Colombia. Luego haremos las charlas más generales, pero relacionando también a Colombia con todas ellas.
Juan, ¡cuán grave sería el alcance y las consecuencias para Colombia de presentarse una caída en los ingresos del narcotráfico!
El presente colombiano está atado con la violencia armada en el campo y las comunas, no por alcanzar principios nobles, sino por culpa de narcotraficantes, y, Juan, Colombia está con sus instituciones podridas de la corrupción, en gran parte por influencia del narcotráfico, y, con su “clase media” indiferente intelectual y culturalmente, derrochando sin ningún fondo real para ello más que los ingresos del narcotráfico, y, con su “clase alta” en el exterior.
Es que, don Bruno, los cultivos de coca, tan lucrativos, permitieron pereza e indiferencia colombiana al extremo grado de abandonar sus tierras, tan bondadosas para importar sus comidas. Es que es mucho mejor negocio el narcotráfico, por mucho, que el petróleo o el banano o la minería.
Y detrás de la bonanza cocalera, Juan, tenemos el escalofriante y artificial costo de vida colombiano por las nubes.
Y ni hablar de los efectos del narcotráfico sobre el Estado colombiano, don Bruno.
Entonces, Juan, ¿cuánto afectaría al PIB Colombiano la falta de los ingresos del narcotráfico?
Casi todo, directa o indirectamente. Le doy un ejemplo, Juan.
Tomemos el ganado y los cultivos de la finca ganadera. Nosotros podemos fumigar y abonar, pero lo que hace posible que haya pastos y cultivos es la lluvia.
Entonces la plata del narcotráfico es como la lluvia de la economía colombiana, don Bruno.
Exactamente, Juan. Si hay sequía en la finca ganadera, donde teníamos, por ejemplo, diez cabezas, tenemos que bajar a una cabeza, y donde daba diez arrobas, ya no da sino una.
Eso es lo que pasaría, Juan, con la economía colombiana si no se riega con la plata del narcotráfico.
¡Qué miedo, don Bruno!
Juan, ¿cómo se logró frenar la devaluación del peso colombiano en estos días?
La única explicación que le encuentro, Juan, es que, una parte de la razón, es que los duros de las finanzas del narcotráfico inyectaron divisas en la economía colombiana.
Y creo también, Juan, que algo parecido fue lo que sacó al país de la grandísima recesión en que estaba luego de la guerra con los grandes capos del narcotráfico hace unas décadas.
Pues me parece muy entendible, don Bruno. Al fin, esa gente también es colombiana y seguro que quieren y les conviene que Colombia esté bien.
Estoy de acuerdo, Juan, y muy bien que lo hagan.
Pero, Juan, Colombia se tiene que independizar, no esta vez de España, sino del narcotráfico.
Mientras no lo haga, Juan, Colombia no tendrá paz, ni seguridad económica alguna, ni pulcritud política, ni gobierno apto, ni medios cultos, ni progreso sano y, lo peor, no tendrá orgullo ni de sí mismo ni de sus instituciones.
Y lo más triste, don Bruno, es que Colombia tiene todo para no necesitar del narcotráfico en absoluto.
Me voy pa’ la cama cabizbajo, Juan.
Yo también, don Bruno.
Pero no flaquearemos, Juan.
En próximos días tendremos una charla contundente de breves charlas que incluirá.
-Lo pros y contras del contrabando a Colombia,
-¿Cuánto empobrece a Colombia la corrupción?
-Burocracia y tramitología,
-Desreglamentación, futuro del mundo y fuerzas armadas colombianas,
-Calentamiento global y la capacidad de Colombia de defenderse.
Muy interesante, don Bruno.
Hasta mañana entonces compatriota.
