Estamos a sólo 5 días de la fecha límite establecida para que las empresas de transporte de carga que operan en Colombia reporten a la Superintendencia de Puertos y Transporte la información correspondiente a la implementación del Siplaft, a través del sistema VIGIA, según Resolución 74854 de 2016. ¿Le suena a chino?
Si bien todas las Superintendencias, de la mano de la Uiaf, hacen un esfuerzo permanente por generar una cultura en torno al Siplaft, Sarlaft, Sagrlaft y todos los ´trabalenguas´ asociados, lo cierto es que aún existe un gran desconocimiento sobre el alcance de estos sistemas que son fundamentales para combatir flagelos como el terrorismo, el narcotráfico o la corrupción, preocupaciones que están a la orden del día, y en la que todos queremos una pronta solución.
¿Qué el Siplaft? El Siplaft es fundamentalmente un sistema, y no en el sentido restringido del mundo del software como muchos equivocadamente piensan, aunque sí tiene un componente de apoyo de desarrollo de aplicaciones de software especializadas que facilita su funcionamiento y que resulta esencial para su buen desempeño.
Si se habla de sistema, es porque e Siplaft involucra un conjunto de componentes humanos, técnicos, normativos, tecnológicos, físicos y financieros que se articulan permanentemente con un propósito específico. ¿De qué propósito se trata? En el caso del Siplaft, se trata de evitar que criminales se aprovechen de las brechas que dejan las empresas y de la buena fe de los empresarios de bien, para introducir en el torrente económico recursos mal habidos y darles apariencia de legalidad.
En términos sencillos, se trata de evitar que los malos se camuflen entre los buenos, y cerrarle el paso a un flujo de dineros negros que tanto daño le hacen al país…y a las empresas.
¿Se ha puesto a pensar que pasaría si, por desconocer o no ser diligentes en el cumplimiento normativo del Siplaft, su empresa llega a ser utilizada para el lavado de dinero o la financiación del terrorismo? Además de las sanciones que la Superintendencia puede aplicar por el solo hecho de no cumplir con la normativa, una situación de este tipo afectaría su reputación y, por efecto dominó, comprometería sus posibilidades financieras y comerciales, además de otros efectos penales derivados dependiendo del desarrollo de las investigaciones que se adelanten.
Cumplir con el Siplaft, no es entonces, sólo un compromiso ético y con el país. ¡Estamos hablando de usar una herramienta vital para la sostenibilidad empresarial!
Si esto es así, ¿Cómo se puede implementar el Siplaft sin que esto signifique un dolor de cabeza?
Aunque muchos consultores muestran que implementar el Siplaft es casi una “misión imposible” para justificar sus honorarios, lo cierto es que tener un Sistema de Prevención de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo es más sencillo de lo que haría pensar su larga denominación. Y puede implantarse en poco tiempo.
Las claves son:
- organización y conocimiento a profundidad de los procesos de la empresa;
- aplicación de metodologías robustas de gestión de riesgos;
- capacitación técnica, legal y normativa a los directivos;
- sensibilización general en cultura de prevención;
- desarrollo de manuales sencillos pero de amplio alcance a la medida de la organización;
- y un soporte tecnológico robusto que permita monitorear en tiempo real el nivel de riesgo de la contraparte (persona natural o jurídica) gracias al uso de metodologías de perfilación que respondan a estándares internacionales.
Personas, procesos y tecnología articulados de manera coherente, aprendiendo y evolucionando, para hacerlo mejor cada vez ¡Ese es el camino!
Como todo, para que funcione, el Siplaft debe convertirse en una cultura y mejorar su desempeño con el tiempo. Esto lo ha entendido muy bien la Superintendencia de Puertos y Transporte, y por esto ha ido un paso adelante frente a sus homólogas al involucrar, en el reporte de implementación de abril, a las empresas que ya contaban con el Siplaft a diciembre de 2016, con el fin de que hagan los diagnósticos y actualizaciones pertinentes.
Esto es más que necesario ya que el sector de transporte es uno de los más vulnerables a estas filtraciones de dineros ilícitos, a la vez de ser estratégico, esencial para el crecimiento económico y para la generación de empleos en el país.
Ojalá, el 30 de abril, la Superintendencia de Puertos y Transporte nos pueda dar un buen parte del compromiso de las empresas del sector con el cumplimiento de la Resolución Resolución 74854 de 2016. ¡Que no vuelva a ser letra muerta como ocurrió con la Resolución 011 de 2011 y que determinó la sanción de más de 800 empresas transportadoras de carga.
La normatividad, no es para alimentar las gacetas. La normatividad tiene un propósito; es para cumplirla y hacerla cumplir.
Nota al margen: Si desea mayor orientación sobre la implementación de Siplaft, Sarlaft, Sarglaft puede escribirme a lmotta@sarlaftcol.com