En estas vacaciones muchos viajeros llegan a disfrutar de la belleza histórica que ofrece nuestra singular Cartagena. Murallas, castillos, baluartes, iglesias y restaurantes son, entre otros, los atractivos a conocer.    Pero lastimosamente no sólo la Heróica atrae visitantes por estos especiales lugares, sino también porque se ha ido convirtiendo en un atrayente destino de turismo sexual  infantil, como así lo señala El Tiempo en su edición del 21 de diciembre.  ¡Qué paradoja y qué tristeza!

Esta realidad que muchos ocultan, otros desconocen y a otros sencillamente les causa indiferencia, se ha convertido en la misión de ser de la Fundación Renacer, que en su propósito de acompañar a los niños y niñas víctimas de la explotación sexual en su recuperación y realización personal, ha desarrollado una experiencia de utilización de herramientas de tecnologías de información y comunicación (TICs) por medio de la creación de redes y procesos de formación para este fin. 

La  utilización de la tecnología en el trabajo de acompañamiento, formación y terapia  con los niños que han vivido experiencias de abuso sexual, ha sido una herramienta de estímulo que ayuda en el proceso de reconstrucción de la autoestima, el desarrollo de actividades a partir de los propios intereses de los niños y el establecimiento de redes permanentes de comunicación, en donde puedan participar activamente y puedan reconocerse como sujetos de derecho.

Esta labor silenciosa de Renacer nos muestra que las TIC pueden tener aplicaciones en múltiples campos y ser un instrumento de desarrollo y recuperación del tejido social; además nos impulsa para alzar la voz y hacer  un llamado de cuidado y atención en pro de nuestra niñez. ¿Qué nos espera como sociedad si no lo hacemos?