Campus Party no fue sólo una muestra computadores veloces y avances asombrosos. En esta ocasión, los campuseros aprovecharon “el Reto” y “el voluntariado”, dos actividades organizadas dentro del capítulo de inclusión digital, para acabar con el estereotipo de la imagen del joven ensimismado e indiferente a su entorno, y de este modo, ir más allá de la simple experiencia personal dentro del Campus.
En primer lugar, se encuentra el voluntariado, que consiste en la documentación de los talleres de inclusión digital para docentes. Dicha documentación se realizó a través de la herramienta digital del blog, donde existe la posibilidad de emplear diversos recursos multimedia como audio, video, fotos, entre otros. Para seleccionar a la pareja ganadora de los dos Ipod nano de 8gb que se ofrecen como premio, se tendrá en cuenta criterios como la creatividad, la integración de recursos multimedia y el uso del lenguaje.
Álvaro Rodríguez, miembro del comité organizador de la CCD y quien fue el encargado de convocar a los concursantes del voluntariado y el reto, señaló lo siguiente: “Los campuseros tienen tantas posibilidades y sin embargo, ellos han decidido usar horas de su tiempo para compartir experiencias de aprendizaje con otros. Hemos generado un tejido social, una red de amigos que tiene el sueño de intercambiar conocimiento con otros”.
Alejandra Zúñiga, antropóloga de 30 años de Pasto, dice haber disfrutado mucho la experiencia de documentar uno de los talleres de robótica para docentes: “Me gustó mucho ver a los profesores en el cambio de roles”, Jaime Alonso Piamba, profesor del SENA en Cali, considera que su labor era más enriquecedora de lo que aparenta: “Yo iba a documentar, pero también iba a aprender”.
Por otra parte, el Reto, tiene como principal fin la presentación de una propuesta innovadora que use la tecnología para mejorar las condiciones de vida de una comunidad. Victoria Vélez, quien forma parte del grupo organizador de la CCD encargada de esta convocatoria, comenta al respecto: “El reto es la oportunidad perfecta para expresar inquietudes y dar a conocer ideas nuevas y útiles”.
Los participantes son muy distintos entre sí, sin embargo, tienen en común preocupaciones de su entorno local que quisieran resolver desde su conocimiento y experiencia usando las TIC.
Las propuestas serán evaluadas por su innovación, impacto social y viabilidad, y el ganador será acreedor de un MacBook. Muchos participantes aún se encuentran realizando los últimos ajustes a sus propuestas, pero la gran mayoría vienen ya con una idea que está a la espera de ser concretada. Como lo es el caso de Karen Rodríguez, una joven de 20 años estudiante del SENA, quien a través de su propuesta relacionada con la recreación en 3D de la mina didáctica del Centro Minero, quiere unir la tecnología, con la interacción humana. También está el caso de Pablo Montoya, un paisa de 20 años que tiene una gran preocupación por la alfabetización digital y la escasez de equipos para aprender informática, por lo que desea diseñar un dvd que funcione con los comandos del control y que sirva para ilustrar a niños en esta área.
“El componente del compartir con el otro, dar de tu tiempo y conocimiento, desde tu documentación y propuestas, es al fin y al cabo, una apuesta de país”, dijo Oswaldo Ospina, Coordinador del área de Educación y Desarrollo Comunitarios de la CCD. En ambas actividades, el interés por parte de los campuseros ha sido clave para que la convocatoria pueda ser calificada como exitosa y esto evidencia que las ideas que buscan una mejoría de la calidad de vida del país, son abundantes y merecen espacios para ser dadas a conocer