La Registraduría Nacional anunció la semana pasada que a partir del 2010 pondrá en marcha herramientas tecnológicas que permitirán evitar la suplantación de votantes y agilizar los resultados.  Para lo primero, al parecer habrá dispositivos electrónicos para identificación inmediata del votante por medio de su huella dactilar; si la huella de quien se presenta no coincide con la que está registrada en la cédula, habrá un caso flagrante de suplantación  y el suplantador podrá ser detenido de inmediato.

Para lo segundo, se plantea utilizar máquinas electorales electrónicas, que funcionarían con tarjetitas en las cuales se rellena el respectivo circulito con un lápiz, y luego la tarjetita se mete a la máquina, que lee por quién se ha votado, y lo registra inmediatamente. Esto permitiría tener resultados de las votaciones corto tiempo después del cierre.

(Esto de las tarjetitas con circulitos «rellenables» me hacen retroceder a mis épocas de pregrado en la Universidad de los Andes, cuando la inscripción de materias se hacía por medio de tarjetas de ese estilo, y uno ni se imaginaba que eso podría hacerse por Internet. Y más allá, a mis épocas escolares, cuando participaba en las Olimpiadas Colombianas de Matemáticas, y encima de la presión de resolver los ingeniosos acertijos matemáticos en corto tiempo, éste debía además bastar para rellenar los circulitos, preferiblemente con lápiz Berol Mirado No. 2, y procurando no salirse del círculo respectivo, para que la respuesta no fuera anulada. Y aún más lejos, me hacen recordar las miles de tarjetas perforables que Batman y Robín metían en un computador enorme que ocupaba casi toda la Baticueva, en aquel tiempo en que Batman era un señor regordete vestido con una trusa gris y unos calzoncillos negros. Pero estos recuerdos son un simple paréntesis, porque ya vuelvo a la reflexión sobre las TIC y las elecciones).

El que se pueda detectar la suplantación en el mismo momento y lugar en que sucede suena muy bien y permite augurar elecciones más transparentes y menor fraude electoral. Y que los resultados sean rápidos permitirá evitar casos como el de las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970, en las cuales la demora en los resultados electorales sembró una duda que aún persiste.

Sin embargo, los sistemas electrónicos de votación generan muchas preguntas. En el caso de la identificación de las personas, ¿Sería posible que la tecnología se utilice para llevar registros detallados de los  votantes y sus votos, para luego tomar medidas a favor de unos o en contra de otros? ¿O, como algunos argumentan que sucedió en la primera elección de George W. Bush a la presidencia de Estados  Unidos, que los sistemas electrónicos se manipulen para lograr asignarle incorrectamente más votos a un candidato en particular?

No tengo toda la información para afirmar si esos riesgos son reales o si pueden considerarse elucubraciones paranoicas de fanáticos de las teorías de conspiración. Hay quienes están a favor de estos desarrollos, y quienes están en contra, por los riesgos que implican.

Unos que están muy a favor son los funcionarios de gobierno de la República de Estonia. Este país organizó en octubre de 2005 las primeras elecciones presidenciales en el mundo en la que todos los ciudadanos tenían la opción de votar a través de Internet. Para llegar a ello se ha requerido todo un trabajo de masificación de la infraestructura necesaria, dado que cada ciudadano debía tener su documento de identificación con chip incluido; el chip le permitía identificarse, por medio de un dispositivo lector unido a su computador personal, y registrar su voto. Con esto, el gobierno buscaba aumentar la participación en las elecciones: adiós a la excusa de que «me dio pereza salir a votar».

Los cibervotantes, en esa ocasión, no fueron más del 1% del censo electoral estonio. El resto prefirió votar de la forma tradicional. Esto debió haber sido un alivio para todos aquellos que consideran una pésima idea la votación a través de Internet, debido a que estos votos pueden ser presa fácil de hackers externos o de manipuladores internos. Otros defienden la idea de sistemas electorales por Internet, pero consideran que deben ser basados en código abierto, para que cualquiera pudiera tener la libertad de conocer el código fuente y saber qué es lo que hace el sistema; el carácter abierto y público del código brindaría verdadera transparencia al sistema, le daría legitimidad y le proporcionaría confianza a los votantes. 

En fin, la discusión es complicada y de fondo. Puede volverse aún más compleja en sus matices políticos y filosóficos y volcarse hacia la dicotomía entre la seguridad colectiva y la libertad individual, o puede también convertirse en una discusión muy técnica, acerca de las fortalezas y debilidades del software libre versus el software licenciado. En todo caso, ahí les pongo este trompito en la uña. Y que perdonen.

Para saber más sobre este tema, puede visitar los siguientes enlaces:
http://www.elespectador.com/noticias/politica/articulo132239-resultados-de-proximas-elecciones-se-conoceran-cuatro-horas-despues
http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=787061
http://en.wikipedia.org/wiki/Electronic_voting_examples
http://www.wired.com/politics/security/news/2007/03/72846
http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/europe/4343374.stm
http://www.linux.com/feature/49833

Sergio Pérez León
Coordinador de TIC y sector productivo
Corporación Colombia Digital
sergioperez@colombiadigital.net
www.colombiadigital.net