En la tarea de ser mamá, me he preguntado en muchas oportunidades sobre como desempeñar la labor de educar, en el marco de la autoridad, democracia y el amor. No ha sido fácil buscar respuestas y lo peor es que creo que no las voy a encontrar. También pienso que la pregunta hoy trasciende a un nuevo plano donde la variable tecnología juega un papel fundamental y dónde la pregunta sería qué papel desempeña está, en la educación de nuestros hijos. La respuesta parecería obvia si se refiriera únicamente al tema académico, pero el punto que quiero tocar hoy es a la educación en modales, disciplina y valores.

Todos los días trato que mi hija de 2 años no vea mucha televisión. Es una tarea difícil pues mi esposo es teleadicto y desde que se levanta prende el aparato. En ocasiones me tranquiliza un poco, pues ahora la televisión para niños es diferente: por lo general los programas que presentan tienen enseñanzas de amistad, alimentación y otras cosas muy rescatables y ya no es la telenovela «Ana de negro», que me tocó en mi época todos los días a las 4 pm y encabezaba  la programación de la televisión Nacional.

Por ejemplo, un día cualquiera escuche una canción de DOKI, el personaje de Discovery Kids que cantaba: «Llegó la hora de dormir y los niños se van a despedir……».  En mi papel de mamá disciplinada me alegré mucho, porque iba a tener un refuerzo a mis instrucciones. Lo que yo dijera se enmarcaría en la lógica de mi hija y el tema no sería más un problema. Lo que nunca pensé es que cuando DOKI no cantara, y yo le dijera a mi hija que era hora de dormir, ella me contestaría: «No mamá, DOKI no ha dicho que es hora de dormir».

Eso efectivamente me pasó. Yo, la mamá de la vida real, enfrentada a un perro ficticio de televisión. Por supuesto con una retahíla de cantaleta, la acosté y decidí que hasta ese día, el pequeño perro dejó de ser mi aliado, pues no es posible que mi hija pretenda hacerle más caso a ese animalucho que a su mamá. También ocurre a la hora de comer, por ejemplo la Hannah Montana de Walt Disney, en alguno de sus programas decidió que no comería más zanahoria. Ese día, por casualidad mi hija vio sólo un capítulo de la serie por primera vez y a partir de ese día ella no quiere zanahoria, argumentando que no es conejo.

Estos dilemas que parecen un poco sencillos, pero son a los que nos tenemos que enfrentar las mamás a diario y se relaciona con toda la información y facilidades que ofrecen los medios y la tecnología, versus lo que queremos enseñarle a nuestros hijos.

Estas situaciones ocurren también en el ámbito académico. En el caso de las tablas de multiplicar: ¿Para qué aprenderlas si hay computadores que lo hacen por ti? Con los libros: ¿Para qué desperdiciar tu tiempo leyendo si un audio-libro lo lee por ti? Con las tareas: ¿Por qué investigar arduamente si existe el rincón del vago.com para hacerlo todo más fácil?

Lo anterior lo traigo a colación para hablar un poco sobre cómo educar a los hijos en un ambiente donde en muchos ámbitos estamos apuntando a facilitar la vida. A veces me pregunto, si será que esos estándares bajo lo que nos educaron a nosotros ya pasaron a la historia así como «Ana de negro». Lo importante no es lo que esté de moda, sino el tener en cuenta que las TIC tienen un mensaje para nosotros los padres de familia: es hora de reinventar los mecanismos para educar.

Ana Cecilia Mejía
Directora administrativa
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