Hace algunos días estuve en una conferencia y durante tres horas anoté en mi libreta datos interesantes… mi mano empezó a doler y literalmente… ¡Se quedó tiesa! Hace muchos años no tenia una larga jornada escribiendo a mano, a diferencia de mi época escolar donde tenía toda la habilidad para tomar notas por horas sin cansarme.

Cuando estrenaba cuadernos, me esforzaba para que esas primeras hojas estuvieran impecables y con mi mejor letra. Claro que eso solo duraba la primera semana pero ahora que hago memoria, me asombro de cómo el computador ha reemplazado casi que el 90% de todo lo que escribo.

Sólo escribo a mano para hacer notas rápidas, como un teléfono, dirección o datos claves en las famosas hojitas amarillas «post-it», el resto de cosas: cartas, correos y artículos los hago usando el computador.

Pero, ¿En qué momento dejamos de usar nuestras libretas y las reemplazamos por la «Arial justificada en negrita»? ¿Será que las futuras generaciones eliminarán sus cuadernos y dejarán atrás aquella ilusión de dejar de escribir en lápiz y pasar a escribir en «esfero»?

Cómo diseñadora y gomosa de la tecnología, uso la tabla optica, pero más que usarla como un lápiz para anotar información lo uso para hacer ilustraciones y para librar mis manos del sindrome del Tunel Carpiano. Entonces, ¿Estoy condenada a olvidar mi lápiz y papel?

Afortunadamente no he sido la única en cuestionarme esto y hace poco conocí sobre un elemento tecnológico que pretende rescatar esa buena práctica sin sacrificar el uso de la tecnología y potenciando su funcionalidad.

Hablo de un lápiz y papel digital que permite tomar notas como lo hacemos con el lápiz y papel del común pero todas estas notas pueden ser exportadas a cualquier formato de texto.
El secreto de este lápiz  es que usa unas hojas especiales con microcuadrículas las cuales permiten una lectura digital de lo que se escribe o dibuja.

El lápiz guarda la información escrita que luego puede ser descargada facilmente por Bluetooth, puerto USB o enviado por correo electrónico convertido a formato de texto. Pero lo que más me sorprendió de este lápiz es que también permite grabar audio y estos pueden complementar las notas tomadas en el cuaderno, en caso de que éstas no sean suficientes. Así, usted puede recordar por ejemplo en una clase lo que su profesor dijo y el porqué usted tomó determinada nota.

Encontré dos tipos: uno lanzado por Nokia y otro por una empresa suiza llamada Anoto. Los dos cuentan con sistemas de traducción incorporados en varios idiomas. Muy funcional para quienes amamos la tecnología pero no queremos perder la esencia de ciertas costumbres.

Dejo a su consideración la decisión entre migrar a éstas nuevas tecnologías o educar sus manos a no olvidar buenas practicas ya sea por nostalgia como yo, o porque simplemente prefiere la hoja y el lápiz tradicional.

Laura Ayala

Asesora de proyectos de educación y Webmaster
Corporación Colombia Digital
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