«El ratón* muerde», es lo que se logra leer en la cara de algunos profesores a la hora de sentarse y disponerse para una capacitación brindada por Fundación Telefónica bajo el marco del proyecto de Educared Presencial.

Estar al frente de un computador a muchos intimida, algunos no saben qué hacer con precisión o cómo actuar y en ocasiones, le ceden el puesto al compañero que es un «duro» en todo eso de la informática en lugar de ellos intentarlo.

Ahí es donde el formador entra a jugar el rol del profesor asequible y dinámico, que motiva a todos para que participen de la actividad y que no se hace ver como un sabelotodo sino como un compañero más. Este rol  en algunas ocasiones, no es percibido de la misma manera por algunos «profes», quienes disfrazan su temor con miradas que aniquilan, sonrisas nerviosas y hasta frases célebres.

Es ahí donde la mente empieza a buscar un cincel telepático para romper el hielo que se crea en esos primeros minutos de taller. El formador comienza hablando del uso de las TIC en el aula,  construye con los docentes conceptos, conoce experiencias y se manifiestan muchas dificultades y obstáculos que no les permiten aplicar de lleno esas nuevas tecnologías, razón por la cual se pierde muchas veces la motivación a utilizarla.

Cuando los docentes se dan cuenta que el formador es aquel comprometido con su trabajo, que es quien está abierto a responder inquietudes y que además es portador de buenas prácticas. Es importante además que el formador sepa que no puede pretender que estos docentes, muchos novatos en la tecnología se conviertan en los webmasters o una especie de hacker, sino que el objetivo final es que ellos logren hacer buen uso de las TIC para apoyar sus procesos pedagógicos.

A partir de ahí, el clima cambia para los nuevos aprendices de la tecnología. En ese momento, el maestro disfruta de un taller que se convierte ya no en una «capacitación de relleno«, sino en un espacio en el que se construyen y materializan ideas, donde conocen experiencias de sus colegas en el uso de las TIC, anécdotas que hacen amena la jornada, y surgen ideas novedosas y significativas que se plasman en proyectos a corto y mediano plazo.

Gracias a la formación brindada, son muchas las ideas que surgen en los docentes para hacer de sus aulas más divertidas y menos aburridas. Como ejemplo de esto, tenemos el caso de una docente que al finalizar un taller de Windows Movie Maker, plantea un nuevo uso para esta herramienta en el área de Humanidades: «Mis alumnos pueden realizar un video-reality acerca de un día  de ellos con la naturaleza, en el que evidencien con fotos y videos, cada una de las actividades que hacen durante el día, y como pueden promover la conservación del medio ambiente», dice con entusiasmo esta maestra veterana. Una idea bastante revolucionara para una profesora que está acostumbrada al método tradicional y que gracias a este nuevo aprendizaje, ha decidido quitarse las «gafas» de lo predecible y darle un giro a su clase.

Todo esto hace parte de un trabajo maravilloso en el que hay que tener más que conocimiento, se necesita sentido social y ganas de sacar lo mejor de aquellos docentes que vienen de la tiza y la pizarra verde, y ahora llenos de coraje y valor, afrontan el desafío de la pizarra digital, con temores si, pero dispuestos a seguir siendo buenos en lo que hacen con el apoyo de las TIC.

Al finalizar un taller de formación seguro nos encontramos con profes que nos despiden con frases como esta: «Yo le tenía miedo a todos estos aparatos, pero ya veo que no es tan difícil»….y yo les digo: «Tranquilo profe que el ratón no muerde».

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María Luisa Caicedo
Formadora regional Bogotá – Cundinamarca – Tunja
Alianza Fundación Telefónica – Corporación Colombia Digital
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