Las TIC mantienen encendida la llama de la esperanza en el desierto de Atacama, Chile.
A principios del mes de agosto 32 mineros chilenos y uno boliviano quedaron atrapados en el fondo de una mina de oro y cobre de la empresa chilena San Esteban, en el desierto de Atacama a unos 800 kilómetros al norte de Santiago. ‘Los 33’, como los denominan, permanecen a unos 700 metros bajo tierra, soportando temperaturas de 32 grados y humedad extrema.
El refugio donde se encuentran los trabajadores mide unos 50 metros cuadrados, aunque el espacio en el que se mueven es de unos 25 metros; debido a que destinaron lugares para dormir, comer y hacer sus necesidades fisiológicas. Esta asombrosa y conmovedora historia aún vive y puede ser vista en tiempo real, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación. Provocando un fuerte impacto en la sociedad, además, de facilitar las actividades de los trabajadores y su proceso de vida en el refugio de un modo más agradable y menos depresivo.
Es sorprendente que después de 42 días, ‘los 33’ aún permanezcan con vida y en buenas condiciones de salud física, gracias a los esfuerzos realizados por el gobierno chileno, pero más sorprendente aún es el gran estado anímico de los hombres atrapados bajo tierra. El gobierno como las familias, se ha encargado de mantenerlos lleno de vida y esperanza, a tal punto de hacerlos parte del mundo exterior; el actor principal las TIC. Las TIC no sólo han logrado la comunicación en el refugio, sino también han logrado que vivan experiencias en tiempo real como tú y yo las vivimos.
La comunicación de ‘los 33’ con la superficie se ha logrado a través de una sonda, la cual se convirtió en el cordón umbilical, donde reciben sustento de alimentos, agua y medicinas al igual que cartas y videos optimistas de sus familiares. Sin embargo, a partir del 5 de septiembre los rescatistas lograron instalar una red de fibra óptica para tener contacto continuo y en vivo las 24 horas al día con los mineros.
Es decir, la tecnología ha permitido que los mineros y sus familiares se comuniquen, a través de una videoconferencia por más de 30 segundos, donde la familia ve a los trabajadores en tiempo real aunque ellos no pueden ver a sus seres queridos de la misma manera. Han sido testigos de eventos importantes como partidos de fútbol y hasta el nacimiento de Esperanza, la hija recién llegada al mundo de unos de los mineros. Y sí, como les dije anteriormente ‘Fútbol a 700 metros bajo tierra’. Gracias a los esfuerzos del exterior y la tecnología de la comunicación, los mineros vieron en vivo el partido amistoso entre Chile y Ucrania. Los rescatistas introdujeron por uno de los ductos un telón de 50 pulgadas y por medio de tecnología de fibra óptica ingresada al interior de la mina, lograron transmitir el partido que junto con los chilenos lograron ver.
Por último, el nacimiento de Esperanza, la hija del trabajador Ariel Picona que gracias a la fibra óptica vio su nacimiento. Su nombre ‘Esperanza’ fue elegido por su padre, en nombre del campamento que establecieron los familiares para aguardar el rescate. Una vez más, está increíble historia puede ser contada y transmitida, gracias a las TIC; que lograron dar vida, esperanza y felicidad a 700 metros bajo tierra.
Mientras tanto, nosotros en el mundo exterior aguardamos ansiosamente al rescate de ‘los 33’.
Para terminar los dejo con algunos videos emocionantes en la mina San José.
http://www.antena3.com/videos-online/noticias/mundo/foto-falsa-velo_2010090500012.html
Imagen tomada del siguiente enlace:
María Fernanda Melo
Asesora regional – Programa Conexión Total
Corporación Colombia Digital