La recursividad de nuestros entes gubernamentales y en
especial la de sus funcionarios es incalculable, muestra de ello han sido las
tres travesías del Navegante de la Conectividad. Una pequeña barca que ha
recorrido primero nuestro río Magdalena, luego el Pacífico y por último el río
Putumayo y el río Amazonas; cargando consigo tecnología y enseñanzas en TIC
(tecnologías de la información y la comunicación) para nuestras
comunidades  apartadas y marginadas. 

 

Todo a bordo de una acogedora embarcación de 24 metros de
eslora, con un planchón adecuado como aula interactiva en forma de maloka. El
aula de capacitación de 18 metros de largo por 4 de ancho, dotada con 20
computadores portátiles, un video beam, cámaras de video y servicios de
Internet satelital que permite la inserción al mundo virtual de sus ilustres
visitantes; todo ello gracias al personal humano que se encargó de impartir
alfabetización digital en cada puerto de arribo.

 

No hubo obstáculo alguno para interrumpir la marcha a todo
vapor que por más de 20 días realizó el navegante en cada una de sus tres
ediciones. Ni siquiera los grupos al margen de la ley evitaron que poblaciones
ribereñas del Magdalena, el Pacífico, el Putumayo y el Amazonas soñaran con la
virtualidad y la tecnología que el navegante ponía en frente de sus ojos.
Algunos incrédulos veían con asombro tal despliegue de infraestructura y
conocimiento; pero finalmente se vieron atrapados en un mundo de sueños y
fantasías a  sus pies.

 

Hoy más que nunca soy un convencido de la importancia de
estas estrategias para lograr que las comunidades en situaciones de vulnerabilidad
accedan a la virtualidad: ello además de permíteles interactuar con el mundo
exterior, les brinda la posibilidad de comunicarse con sus seres queridos, de
encontrar alternativas para proyectar sus productos, su cultura, sus formas de
vida y en fin, todo aquello que la imaginación les permita crear y soñar.

 

Hoy casi un año después de la última travesía, quienes
hicimos parte de estas estrategias de masificación de las TIC en nuestras
comunidades indígenas, afro colombianas y demás poblaciones nos sentimos llenos
de esperanza por haber sembrado un pequeño grano de bits  en este país que tanto queremos. Las
estadísticas dirán que el Navegante recorrió más de 3000 kilómetros, que se
visitaron más de 70   poblaciones y se
alfabetizaron más de 20000 compatriotas. Pero es imposible contabilizar las
caras de alegría, los sueños convertidos en realidad, las esperanzas y las
ganas de vivir y en fin, todo aquello que no hace parte de la formalidad de los
números y que abarca la emoción y los ideales que pusimos en todos aquellos que
pudieron acceder a las maravillas de las TIC.

 

Bienvenidas mas rutas de conectividad para nuestro país.

 

Wilson Landazuri

Asesor de contratos conectividad – Programa Conexión Total

Corporación Colombia Digital

wlandazury@colombiadigital.net

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