Si le preguntan a un campusero, que tal estuvo el campus party, creo que se queda sin palabras y solo responde que el otro año repite aunque solo haya dormido una o dos horas diarias durante una semana.
Y si a mí me preguntaran, una damisela que de juegos no he superado Mario Bross, de celulares, entre menos complicados más me gustan y que no cambio la comodidad de mi cama por dormir en una carpa en el Pabellón 3 de Corferias, podría afirmar que el campus ha sido una de las mejores experiencias de vida.
En la entrega de premios Wayra, donde se premiaban a talentos colombianos con proyectos innovadores, pude ver a muchos hombres llorando, agarrándose de las manos esperando resultados y gritando al escuchar el nombre de sus proyectos triunfadores. Los afortunados, jóvenes y viejos, nerds, intelectuales, todos unos luchadores. Más de uno le dio gracias a su novia, otros daban gracias a los creadores, al de Telefónica y al que creo los cielos y la tierra y que permitió que estos ganadores salieran con aproximadamente 150 millones de pesos para invertir en su proyecto. No cambiaría la entrega de premios Wayra por ir a sentarme con un vestido de chifón en un teatro en Cartagena, a escuchar respuestas de la misma manera y en el sentido contrario.
Tuve la oportunidad de conocer muchas personas que tengo agregados en Twitter, más bonitos y bonitas que en sus fotos, más radiantes y por supuesto, más expresivos que 140 caracteres.
En mi trabajo con docentes de tecnología, muchos decían que se bajaron del avión siendo ingenieros y que se iban siendo maestros, que van a renovar su manera de impartir conocimiento y me reafirmaron que hay que «vivir para aprender y existir para enseñar».
Entre tertulias y muchos cafés, me enteré que el proyecto en el que ahora trabajo, tuvo sus ‘pininos’ en un campus party hace tres años y ahora es una realidad y una gran iniciativa.
Quiero compartirles algunas ideas que surgen luego de mi participación en el campus party:
– Me di cuenta, que somos despiadados contra la naturaleza, que al final del tiempo no sabremos qué hacer con tanta basura electrónica y esto no es romántico, es apocalíptico.
– Tengo muchas razones para querer un novio Geek y hace poco lo confirmé con este artículo.
– Por fin me aplaudo una buena decisión en mi vida, preferir Twitter y no Facebook, dos redes sociales son mucho para mí y no puedo masticar chicle y caminar al tiempo.
– Estoy segura que debo practicar mi inglés, o empezar a pagar desde el primer módulo, porque en todas las charlas necesité audífonos.
– Valoré que en Campus Party no hay ego que valga, no hay conocimiento suficiente, pues entiendo que mientras el reloj no pare y el mundo no se detenga, seguiremos siendo ignorantes de muchas cosas.
Como verán mi experiencia estuvo llena de aprendizajes y sólo espero asistir el próximo año y seguir contagiándome de la creatividad e innovación de los jóvenes colombianos.
Twitter: @MaluCaicedo
María Luisa Caicedo
Asesora educativa – Corporación Colombia Digital