¿Sabe usted para quién está
diseñada su web? ¿Tiene en cuenta a quién lee detrás de la pantalla lo que
usted escribe en su blog? ¿Es consciente que sus seguidores, amigos, contactos
y demás, son seres humanos que caminan en la vida real?
En repetidas ocasiones durante el
diseño de una nueva página, landing o funcionalidad se piensa que en Internet
se encuentra una masa universal casi uniforme y que el portal debe ser ‘apto’ para
todo el mundo. Pero la web está inundada de una variedad infinita de
usuarios/personas, y es inviable pensar que a todos les gustará o les parecerá
atractivo lo mismo.
Es por eso, que antes de pensar
en requerimientos técnicos, funcionalidades y diseños se debe tener en cuenta
por sobre todas las cosas al usuario. Pero no a cualquiera, sino a esa persona
a la que deseamos llegar. Esta semana descubrí que una de las mejores formas de
llegar al cibernauta, es utilizando la imaginación para moldear a un prototipo
del usuario que deseamos que forme parte de la audiencia de nuestra web.
Dependiendo de su sitio, hay
arquetipos claros de internautas que queremos abordar. Si tenemos un portal educativo,
posiblemente la audiencia objetiva sean maestros o estudiantes, si es una
página de noticias de tecnología su público serán geeks y expertos interesados
en el tema, si se trata de un operador móvil sus usuarios actuales y
potenciales serán los primeros en ingresar, y así sucesivamente. Sin embargo,
los anteriores casos presentan estereotipos de personas genéricos y vacíos; olvidan
por completo que detrás de cada uno hay características demográficas,
experiencias y deseos que no se deben dejar de lado.
Pongamos el ejemplo del portal educativo
y digamos que su audiencia principal son maestros, ¿Es un docente de
universidad? ¿Qué tipo de materia dicta? ¿Cuántos años tiene? ¿Está casado?
¿Tiene hijos? ¿Qué le gusta hacer los domingos? Son preguntas que forman parte
del ‘armado’ de un arquetipo de usuario el cual será nuestro público objetivo. Estos arquetipos no sólo representan un segmento de nuestra audiencia, también
sirven para guiar las decisiones de nuestras funcionalidades y requerimientos
digitales para no ser desacertados, porque al fin y al cabo, por ellos y para
ellos es que existe el sitio web.
Es necesario que tales arquetipos estén documentados, tengan datos
como nombre, edad, profesión, nivel educativo, estado civil, uso de Internet,
perfil y un escenario de cómo esta persona llega a conocer nuestra página. Un
sitio muy seguramente tendrá más de un arquetipo y en la medida que los
cibernautas sean definidos, sus decisiones digitales serán más acertadas. Así
lo anterior suene innecesario y hasta engorroso, cuando usted tenga claro el
nombre y bagaje de cada uno de sus potenciales usuarios podrá tener una idea
más concreta de qué puede hacer y qué no.
Si es un empresario o trabaja
para una organización que vive y come de lo que se hace o se deja de hacer en
un sitio web, nunca debe olvidar que detrás de los las personas, páginas
vistas, clics, hits, visitas, tags y demás estadísticas se encuentran seres
humanos. Aunque suene increíble, a muchos se les olvida quiénes son los que
navegan en Internet: personas.
Imagen tomada de
Getty ImagesAngela Bohórquez
Asesora del centro de
documentación
Corporación Colombia Digital