De qué sirve tener el mundo en las manos si no se sabe qué hacer con él.
Casi todo es posible gracias a la tecnología, o por lo menos eso es lo que nos ha hecho creer el mágico mundo de Internet, en el que es posible acceder a todo tipo de información y a través de esta hacer realidad lo que queramos. ¡Mentira!
La tecnología no sirve para comunicarnos, la tecnología no nos hace productivos, ni tampoco genera conocimiento. Una gran herramienta, eso es la tecnología en todas sus formas. Que ayuda en casi todos los procesos humanos, es cierto, pero que nos comunique, haga productivos o nos permita pensar es otra historia.
Cuando se habla de la Sociedad del Conocimiento entendemos que el escenario para su desarrollo es el ciberespacio saturado de datos; pero debemos tener claro que esta información no es conocimiento en sí misma, lo es cuando es apropiada y reinterpretada por alguien, que (aún) no puede ser una máquina, sino que requiere de la capacidad analítica humana. Entonces, la tecnología no nos sirve para generar conocimiento, nos da la información necesaria, pero es nuestra tarea analizarla.
Por la misma vía, los dispositivos tecnológicos nos sirven como medio para transmitir mensajes, pero ello no quiere decir que por tener un contacto en Whatsapp nos estemos comunicando. La comunicación solo es posible cuando dos intenciones se encuentran, la de transmitir un mensaje y la de recibirlo, y aprovechan los intrincados códigos del lenguaje para poner en circulación aquello que pretenden comunicar, que on-line se acompaña de emoticones y todo tipo de nuevas formas de escritura propias de la web.
Sobre la productividad, es cierto que los ordenadores se hicieron indispensables en los ambientes laborales, especialmente porque permiten optimizar el tiempo en la generación y administración del conocimiento, sin embargo eso no significa que por tener un computador de última tecnología con una conexión de Internet de banda ancha, un empleado se haga más productivo (o sino pregunten a quienes defienden la idea que el acceso a redes sociales en ambientes laborales reduce la eficiencia).
La tecnología, unida a un proceso de alfabetización digital, que permita y promueva su uso, resulta ser una gran herramienta; pero frente al mar de datos que circula en Internet y las Intranet corporativas, el conocimiento técnico es apenas una pequeña parte de lo necesario. Lo primordial es formar el criterio, brindar herramientas analíticas que permitan a todos los que ingresan a la gran red para que logren hacer consumos diferenciales entre uno y otro contenido, así como priorizar la información, clasificarla y actuar en consecuencia.
En la era tecnológica, además de saber usar los aparatos, es indispensable saber con qué propósito, y para eso no sirve la tecnología.
Adriana Molano Rojas
Comunicadora Social – Especializada en Gestión Cultural