Es un hecho que los paradigmas y la resistencia al cambio pueden evitar que las personas aprovechen oportunidades para mejorar sus condiciones de vida y las de otros.
Con solo pensar cómo sería vivir en Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades de nuestro país, si un grupo significativo de personas teletrabajaran y dejaran de tomar el transporte público o de utilizar su vehículo para trasladarse todos los días a la oficina, se podría empezar a hacer conciencia del impacto de esta modalidad laboral para el bienestar de todos.
Día a día encontramos personas diciendo “eso no es para mí”, “yo no podría concentrarme”, “todo lo que hago lo debo realizar en la oficina”, “necesito a mis colegas y al jefe”. Por otro lado las manifestaciones de algunos superiores son: “en esta área no se puede”, “qué pasa si los necesito, aquí surgen muchos imprevistos y reuniones”, «¿cómo sé que sí van a trabajar, tenemos muchos proyectos, es mejor dejarlo para más adelante?”.
Estos son indicadores de que existen barreras en la implementación del teletrabajo, los cuales van más allá de limitaciones técnicas, económicas o legales; en esencia se trata de barreras culturales que hacen que jefes y trabajadores no se animen a implementar esta práctica.
Todos sabemos que el ser humano funciona basado en hábitos y creencias, y que a la hora de tener que cambiarlos para adaptarse a situaciones nuevas, se generan resistencias y miedos, que en muchas ocasiones no tienen fundamento. Estas resistencias pueden hacer perder oportunidades para mejorar la calidad de vida, productividad y desarrollo de los individuos.
Pues bien, la motivación es alta para los distintos profesionales dedicados a contribuir a que cada día más organizaciones, jefes y colaboradores, se lancen a desarrollar el teletrabajo como opción, ayudándoles a identificar los beneficios, educando y proveyendo la infraestructura y el soporte que se requiere para aplicarlo.
Esta labor específica fue desarrollada en el 2013 por la Comisión Asesora de Teletrabajo, que de junio a noviembre logró impactar a más de 90 organizaciones públicas y privadas con acciones de divulgación y asesoría a nivel nacional, a través de las cuales más de 1.200 personas recibieron información directa y algunas de ellas capacitación específica sobre las mejores prácticas de aplicación a nivel local.
De tal manera que el éxito de su acogida depende de las acciones y planes que ejecute la organización, así como de la cultura que se construya entre superiores y colaboradores, teniendo en cuenta las oportunidades, ventajas y beneficios que proporciona el teletrabajo.
Sonia García
Comisión Asesora de Teletrabajo
Corporación Colombia Digital
*Imagen tomada de Getty Images