«Me declaro compradora compulsiva en línea, pero el viernes y el lunes fui una compradora frustrada».

Soy ‘la cliente perfecta’ de negocios como Groupon, Linio, Mercado Libre, Geelbe, Ktronix o cualquier afortunada empresa de e-commerce que me tenga dentro de su base de datos.

No me gustan los centros comerciales, las multitudes y mucho menos hacer filas enormes para clasificar a los ‘descuentos’ que suelen ofrecer las tiendas (físicas) por estas épocas. Por esta razón, y porque soy amante de la tecnología, hace aproximadamente 5 años tomé la decisión de que mis compras las realizaría en línea y de ser posible antes de iniciar la temporada navideña.

Teniendo este objetivo en mente y con el ‘Black Friday’ y el ‘Cyber Lunes’ en el panorama, como fiel compradora on-line, días antes me registré para recibir de ‘primeras’ las noticias de descuentos y esperé a ser sorprendida por las ofertas que el comercio nacional tendría para ofrecer a sus compradores virtuales.

El jueves 27 de noviembre a las 11:45 p.m., 15 minutos antes del ansiado ‘Viernes Negro’, encendí mi computador, abrí todas las páginas en las que creía podía encontrar el televisor que estaba buscando, y descubrí que incluso algunas tenían contadores regresivos anunciando que ya casi venían los descuentos.

Creo que logré experimentar la ansiedad que muestran en los noticieros con los compradores gringos antes de tan esperada fecha en las tiendas físicas, solo que desde mi casa con 7 pestañas de mi navegador abiertas, todas con el registro hecho y en la mano mi tarjeta de crédito.

5, 4, 3, 2, 1… Las 00:00a.m. del viernes 28 de diciembre ¡Feliz Viernes Negro! – Pensé –.

Rápidamente refresqué cada pestaña esperando que los descuentos ‘aparecieran’, me imaginaba una explosión de promociones asaltando mi pantalla… 12:03a.m. y no pasó nada, todas las páginas seguían con la misma información, las mismas ‘promos’ que el día anterior.

– ¿Qué pasa? – Se preguntaba mi yo ingenua –  Creo que necesito darle unos minutos más para volver a refrescar.

Dieron las 00:30a.m. y nada sucedió. El tan esperado ‘Black Friday’ o ‘Viernes Negro’ no tuvo ningún efecto favorable más allá de las promociones que desde el día anterior estaban disponibles, por lo menos no lo tuvo para mí como compradora en potencia.

Una ola de desilusión y rabia se apoderó de mí al pensar que podía estar durmiendo y no esperando la promesa de algo que nunca se cumplió.

Sin embargo, y como ya confesé en las primeras líneas, creo fielmente en los medios electrónicos para hacer compras, y como buena ‘enamorada’ a quién su novio la deja, me auto convencí de que muy seguramente los descuentos estaban guardados para el ‘Cyber Lunes’ y que era probable que ese día sí lograra encontrar un súper descuento que diera respuesta a mis necesidades.

El viernes decidí entrar a un centro comercial y comparar lo que había visto en línea y lo que estaba en el almacén. Sorpresa la que me llevé al encontrar el televisor en mejor precio que todos los sitios web que había visitado la noche anterior.

Punto para el centro comercial, que aunque lleno y caótico (cosa que odio con el corazón), me permitió comprar ‘la tele’ que quería en un precio razonable.

No obstante mi adicción por las compras en línea me llevaba a pensar que me seguía perdiendo de algo, así que gracias a todos los registros que ya había hecho para el ‘Viernes Negro’, el domingo mi correo electrónico fue bombardeado con mensajes de invitación a esperar las ‘Súper promos’ del ‘Cyber Lunes’.

¡Este sí es mi momento! – Pensé una vez más y decidí levantarme temprano.

A diferencia del viernes (que literalmente fue negro para mi), el lunes sí habían más promociones, de hecho encontré lo que buscaba con el 30% de descuento; entusiasmada me registré en el portal de la oferta, registré mi tarjeta de crédito y sorpresa cuando descubrí que la página estaba lenta y en el monto de pago no se reflejaba ese tan anhelado 30% de descuento.

Llamé a atención al cliente y hablé con una amable señorita que me dijo: “Es que tenemos problemas con la plataforma, ningún producto está tomando los descuentos, si usted quiere intente mañana”. ¡¿Mañana?!,  ¡Pero si hoy es ‘Cyber Lunes’! – Me reí con ironía –, le pregunté a la señorita si tenían un soporte técnico y me dijo que los ‘ingenieros’ entraban a las 10 de la mañana y (obviamente) solo ellos eran quienes podían resolver el asunto.

Finalmente terminé comprando en otra página con menos descuento pero con buen rendimiento en su plataforma.

Mi crítica no es para una página o negocio específico, por eso no doy nombres. Mi crítica nace de mi visión de usuaria frecuente de servicios en línea, de hecho trabajo en el medio digital y conozco un poco los pormenores del negocio, las plataformas y los ‘chicharrones’ que suelen presentarse.

Sin embargo, creo que aún nos falta mucho para garantizar una experiencia de usuario verdaderamente placentera en materia de compras on-line y más cuando se trata de grandes y promocionadas ofertas. Garantizar que la plataforma funcione es lo mínimo que deberían hacer. Que los envíos se realicen a tiempo y que, sobre todo, se garanticen precios y promociones directamente proporcionales a la publicidad en los medios.

Si un usuario entrega sus datos lo mínimo que espera es tener información de primera y beneficios reales traducidos en compras eficientes.

Esta es una más de las razones por las que lamentablemente en nuestro país son muchos los que aún desconfían de las plataformas digitales para realizar transacciones; las personas prefieren hacer filas para pagar sus recibos en un banco antes que realizar una transacción en línea. Por ‘seguridad’ y por las tarifas que tienen los bancos al realizar movimientos para transacciones de una entidad a otra, que de por sí son absurdas, si en sus objetivos está el ‘bancarizar’ a la ciudadanía.

Adicional, si usted está comprando y en la mitad de su compra se cae la página, es muy probable que su confianza se vaya al suelo y que le quede la duda de si se hizo o no descuento a su tarjeta de crédito.

Si usuarios como yo, que confiamos plenamente en la tecnología y sus beneficios, tenemos esta percepción, no me quiero imaginar los demás. Nos falta mucho para ofrecer plataformas con experiencias excepcionales de compras.

Laura Ayala
Directora de contenidos
Corporación Colombia Digital