Aprendizajes del modelo asiático que llegan al país para mejorar la relación educación y TIC.
La etiqueta ‘Made in China’ estaba adherida a muchos de los productos, juguetes y aparatos tecnológicos que me acompañaron en mi infancia. Aunque hoy parezca extraño, en ese entonces eso no era precisamente un símbolo de estatus tecnológico o de calidad. Aunque pensándolo bien, si había tantos productos, en tantos segmentos diferentes del mercado, de tan increíble variedad, viajando desde China hasta América en una época en la que las distancias todavía no habían sido reducidas virtualmente por las TIC, tenía que ser porque algo bueno estaba haciéndose al otro lado del mundo.
En su libro ‘¡Basta de Historias!’, Andrés Oppenheimer se refiere al concepto de ‘paranoia constructiva’ como principal motor de desarrollo de las sociedades asiáticas. En uno de los pasajes iniciales, narrando su conversación con Bill Gates, dice: “Los países de la región solo podrán insertarse de lleno en la economía de la información del siglo XXI, si hacen un buen diagnóstico de la realidad y dejan de creer que así están bien”. Tomando el ejemplo de China, explica cómo la autocomplacencia es enemiga del desarrollo y la manera de sobresalir es sentirse constantemente motivado por crecer.
En los primeros días de mayo, el Ministerio de Educación Nacional registró en sus noticias que un grupo de docentes viajó al continente asiático a capacitarse en el uso de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) orientadas a la educación. Los protagonistas fueron 18 docentes de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Nariño, Quindío, Santander y Valle del Cauca, quienes viajaron a Corea del sur en el marco de la convocatoria del Programa ‘ICT Training for Colombian Teachers‘. Ellos se suman a los 17 profesores de diferentes universidades públicas y privadas viajaron a China un año atrás, en el marco de un curso de actualización académica en telecomunicaciones del programa ‘Telecom Seeds for the Future’, auspiciado por la empresa de tecnología Huawei.
Éstas son solo dos experiencias recientes de las muchas que pueden haber pasado inadvertidas a los ojos de los medios y que se refieren a grupos de visionarios que hoy le apuestan a la experiencia asiática para construir estrategias que promuevan la transformación de la educación y otros escenarios de nuestra sociedad colombiana.
En la Corporación Colombia Digital entendemos la apropiación de las nuevas tecnologías como el proceso mediante el cual un actor del ecosistema TIC desarrolla la capacidad para identificar e utilizar, conveniente y oportunamente, las tecnogías de la información y las comunicaciones para resolver sus necesidades. Este proceso requiere acciones gubernamentales, en las organizaciones públicas y privadas, y en la sociedad en general.
El sector educación no es ajeno al impacto transformador de las TIC. Por su cercanía a niños, jóvenes y sociedad en general, promover la apropiación de TIC en la educación tiene impactos extraordinarios en el desarrollo de nuestra sociedad.
Desde la educación es posible pensar que la ‘paranoia constructiva’ de Oppenheimer podría permitir el superar los resultados esperados en, por lo menos, dos grandes ejes de apropiación (incluidos en las iniciativas del Plan Vive Digital): el primero, que el Programa de Capacitación en TIC supere las 350.000 personas capacitadas en planes de formación de TIC, incluyendo 150.000 maestros y funcionarios públicos certificados. El segundo, que la iniciativa de aprovechamiento de las TIC para mejorar la calidad educativa acerque a más de 5.000 docentes a la incorporación de las tecnologías en sus procesos de enseñanza.
Así, apropiando tecnologías de la información y las comunicaciones, la educación maximiza su impacto y está en primer orden de prioridad en la construcción de nuestra Colombia Digital.
Director de Proyectos