El futuro de América Latina debe contemplar un proceso de digitalización; ya que una mejora de la formación tecnológica repercutirá en los procesos económicos y en la apertura de nuevas perspectivas sociales y laborales de la región. El mundo del trabajo no es ajeno a esta realidad y está cambiando constantemente, razón por la cual debemos evolucionar con él. De todas las estrategias posibles, la educación es la vía más segura y eficaz para conseguir estos objetivos. Actualmente los esfuerzos en esta materia son desiguales, sin embargo en muchas aulas ya se está educando a los jóvenes para el futuro digital. Una de las metodologías más eficaces para este fin es la introducción del lenguaje de programación desde los primeros grados de formación básica.
Programación
Aprender a programar permite a los niños conocer el funcionamiento de algunos secretos de Internet, diseñar procesos, enfrentarse a los errores y a la autocorrección, mientras fomenta la creatividad, el emprendimiento y la cultura libre. El coding (enseñanza de programación a través de juegos) es la tendencia actual que impulsa el aprendizaje de la programación entre los más pequeños. Esta técnica desarrolla el pensamiento lógico-sistemático y prepara al alumno en el desarrollo de competencias vitales para el campo laboral. El lenguaje de la programación está presente en las aulas de muchos países, como Colombia, en donde ya se han organizado jornadas para incentivar la programación entre los jóvenes. A su vez, se han publicado interesantes artículos y experiencias sobre la importancia que tiene aprender a programar en los estudiantes.
Hay varias plataformas exitosas que permiten a los docentes y alumnos iniciarse en esta actividad educativa. Se basan en programar sobre objetos e introducen conceptos como bucles, variables, subrutinas o subprogramas. Dentro de ellas se encuentra Code, una plataforma gratuita e interactiva que se adecúa al alumnado, permitiendo que cada joven trabaje de acuerdo a su nivel, también facilita la obtención de resultados inmediatos y realizar un seguimiento instantáneo por parte del profesorado. A su vez propone la resolución de problemas gráficos sobre juegos y objetos, lo cual ayuda a los estudiantes a familiarizarse con el lenguaje de la programación.
Otra plataforma líder en coding es Scratch, que ya está presente en escuelas de Colombia y tiene comunidades de usuarios quienes organizan actividades y eventos relacionados. La sencillez de su interfaz permite a los docentes el desarrollo de trabajo colaborativo y fomenta la creatividad de los alumnos. Un ejemplo de ello es este videojuego desarrollado por un alumno de doce años, o la serie de videotutoriales confeccionados también por alumnos sobre la plataforma App Inventor. Existen otros proyectos como mSchools o Programamos que cuentan con una comunidad de docentes de Latinoamérica y de España, así como diversas plataformas de coding, cursos y juegos para aprender programación tales como: Hopscoth, Khan Academy, Codemonkey, Lightbot entre otras.
El Internet de las cosas (IoT), el big data y la cantidad de información que generamos en línea son una oportunidad de negocio y un buen motivo para reflexionar sobre sus límites cuando traspasan la frontera de la intimidad personal. El profesor de la Institución Educativa María Auxiliadora de Cartago, Valle del Cauca, Mellember Arias, es contundente al asegurar que “todo lo que gira en nuestras vidas es un algoritmo”. La interrogante está en saber en qué manos se encuentran tantos algoritmos y con qué finalidades.
Desafíos
La tecnología impulsa el talento del alumnado, es un trampolín que promueve la generación de contenidos de gran valor. Sin embargo para lograr estos resultados es vital que los estudiantes reciban un acompañamiento en su formación a través de un modelo de educación más humano.
Las novedades son continuas y las noticias tecnológicas saltan barreras, por lo cual resulta interesante que en el aula de clase se discutan estos avances para que los alumnos aprendan a sopesar el significado de las novedades y estén atentos a su evolución. Como por ejemplo las declaraciones del director de la empresa TESLA, Elon Musk, al anunciar la creación de una compañía que permite conectar la computadora al cerebro humano, o cuando afirmó que las personas deben ‘fusionarse con las máquinas’ o serán irrelevantes ante la inteligencia artificial (IA). Ambos ejemplos serían muy útiles en las clases, pues sirven para imaginarse el futuro y analizar algunas consecuencias de esta supuesta simbiosis entre personas y máquinas.
Y ¿qué ocurrirá cuando todos los jóvenes hayan aprendido a programar? El principal desafío en la educación es enseñar a pensar con la mente abierta, actitud flexible, amplitud de miras, capacidad de empatía y valoración de las tendencias del mundo en el que vivimos. Programar el cerebro para la reflexión crítica ante tantos avances es algo que aún no saben hacer las máquinas, y es por ello que los ciudadanos del futuro han de estar bien entrenados desde los centros educativos para esta labor tan humana.
Profesor de español, director y gestor del proyecto TIC de la Institución Educativa pública Torre del Palau