Uno de los principales problemas que muchas instituciones de educación superior enfrentan está en cómo integrar la ingente cantidad de datos para la toma de decisiones. Estas organizaciones cuentan con un gran número de información que se desprende de las diferentes labores tanto a nivel administrativo, académico e investigativo, siendo fundamental que exista una adecuada gestión de datos que permita la consecución de los diferentes objetivos que ayuden a la mejora de la calidad educativa y científica en ellas.
En los últimos años, el proceso de integración de sistemas de información en las instituciones de educación superior ha venido avanzando de manera positiva. Esta evolución se ha logrado a través de la implementación de herramientas orientadas al acceso de información estratégica en tiempo real que ayude a la generación de informes, visualización de datos y tableros de control que permitan el análisis predictivo de las diferentes acciones aplicadas por todas las unidades que integran a este tipo de instituciones. A pesar de los avances generados, sigue quedando mucho camino por avanzar, resulta necesario superar la imposibilidad de obtener una solución que logre integrar eficazmente a todas las áreas que hacen parte de las instituciones de educación superior.
Ante este escenario, resulta importante buscar soluciones que ayuden a la transformación digital de las universidades. Sobre todo si lo que queremos es aprovechar la tecnología a favor de la promoción del desarrollo social a través del sector educativo superior mediante: el desarrollo de capital humano capaz de fortalecer las diferentes competencias afines a sus áreas de acción institucional; la adopción de mejores prácticas orientadas a la promoción de sinergias con otras organizaciones; una mejora de los procesos de planeación administrativa, académica y científica; la aplicación de proyectos institucionales escalables; el aprovechamiento de la tecnología para la identificación de políticas pertinentes y asertivas; así como la búsqueda de acciones orientadas a garantizar la innovación social, desde un pensamiento sistémico y práctico.
Pero el aprovechamiento de los indicadores dispuestos al interior de las instituciones de educación superior va más allá de la simple integración de soluciones tecnológicas. Uno de los mayores retos está en garantizar el cambio de la cultura institucional que permita el máximo aprovechamiento tecnológico, a favor del cumplimiento de los objetivos y misiones organizacionales. En otras palabras, asegurar un entorno institucional donde por medio de una transformación digital se facilite la toma de decisiones.
El fortalecimiento institucional de las universidades por medio de la implementación de herramientas de business intelligence, puede significar un cambio favorable en la búsqueda de estrategias que ayuden a garantizar los fines administrativos, investigativos y académicos necesarios al momento de valorar la calidad de este tipo de organizaciones. Ello, desde los diferentes rankings que suelen ser empleados para medir el trabajo de este tipo de entidades, tanto al interior de los países (Ranking MIDE, en el caso colombiano), como a nivel internacional (Ranking skanghai, QS u U-Sapiens, entre otros)
Si nos quedásemos únicamente con la visión tecnologicista y empresarial alrededor del business intelligence, estaríamos pecando de un peligroso determinismo que no se ajustaría a la función social que tienen las instituciones de educación superior. Por tanto, es preciso visualizar el tema planteado desde la búsqueda de procesos que aseguren la integración e implementación de soluciones y que tomen en consideración a su vez la naturaleza propia de este tipo de instituciones. Dicho proceso no debe estar únicamente orientado a la formación de nuevos profesionales que permita el desarrollo económico del país; sino también del marco social de transformación que ayude a la mejora de la condición ciudadana y la reducción de las brechas dispuestas en la sociedad donde habitan sus estudiantes. Para ello, es importante poner en marcha acciones que contribuyan al fortalecimiento de los procesos de gestión administrativos, académicos e investigativos, desde el aseguramiento ético y normativo de los datos empleados. También, se debe garantizar la formación segmentada de todos los actores involucrados en dos niveles: el impacto que puedan tener las estrategias empleadas por estas entidades, tanto a nivel económico, como a nivel social.
Profesor titular de la Facultad de Educación de la Universidad Internacional de la Rioja