Hoy El Tiempo nos informa que el gobierno nacional reduce su presupuesto para este año en 6 billones de pesos, pasando de $215,9 billones a $209,9 billones de pesos para cubrir sus costos e inversiones en 2016. Esta medida es muy prudente y se informa a tiempo, buscando calmar las calificadoras internacionales, sacándole en algo el cuerpo al afán de la reforma tributaria y buscando lavar algo de los escándalos de viajes, cortinas y almendras.
Con este rubro, el gasto del presupuesto nacional solo crecería un 3,5% este año, con respecto al año pasado, es decir, que el gobierno podrá gastar más este año, pero su impacto se verá seriamente afectado por la inflación.
En 2015 el gasto del presupuesto nacional creció un 7,6%, teniendo un crecimiento real cercano al 1,5% (debido a la inflación de 6,7% del año), mientras el PIB pudo haber crecido un poco más del 3%, evidenciando que el gasto público en 2015 no fue un motor de la economía, y con los datos que se tienen, tampoco lo será en 2016; si el gasto realizado desde el presupuesto general de la Nación, solo crecerá un 3,5% y esperamos una inflación cercana al 4,5% a fin de año, obviamente veremos una contracción del gasto público real desde este rubro fiscal, cercana al -1,5%, lo que impactará en varios sectores de la economía como construcción y generación de empleo.
Sin duda es una medida prudente que se debía tomar y que el mercado ya esperaba, porque es consecuencia de los menores ingresos recibidos por el lado de petróleo y el mayor del pago del servicio de deuda en pesos. En fin, ya nos contaron la mala noticia, y ahora dependemos del gasto de los hogares y la reducción de importaciones, de la que hablare otro día.
Señor padre de familia, salve usted la patria.
@consumiendo