En Colombia las cosas pueden costar más del doble que en el resto del mundo y en 2016 eso no va a cambiar.

 

Las cosas son tan caras por muchas razones: traer las cosas de afuera es cada vez más costoso por la devaluación, los aranceles son un descaro, los costos de sacar las cosas del puerto y llevarlas a las ciudades son absurdos entre fletes, peajes y gasolina, y cuando llega a la tienda, el arriendo es tan caro, que los precios suben aún más.

Los productos locales sufren de muchas de estas cosas, pero hay que sumarle los exagerados costos laborales y las ineficiencias que tenemos, porque en muchos casos, se hacen las cosas mal y eso hace que sea el comprador el que pague eso.

Esto se suma a la devaluación y El Niño que han aumentado más el precio de muchos productos, dejando ver que tendremos una “ilusión” económica en pocos meses. Cuando los precios dejen de subir, se dirá que la inflación se está controlando y que la dinámica de los precios se habrá estabilizado, pero la verdad es que muchos de los precios se quedarán arriba y simplemente dejarán de subir por un tiempo.

Un buen ejemplo es el precio de la papa. Si un bulto de papa costaba 30.000 pesos en agosto de 2014, y en agosto de 2015 ya se vendía a 50.000, es claro que se causa una inflación del 66%, pero si en agosto de 2016, el bulto de papa se vende a 60.000 pesos, solo se da una inflación de 20%, e incluso, si se vende al mismo precio, la inflación será de 0%, logrando frenar la inflación, pero dejando los precios más caros que antes.

 

Por eso, en 2016 los precios no bajarán, pese a que la inflación si lo hará.

@consumiendo