Con la tecnología de hoy, mientras un árbitro pita que no fue mano, más de 100 millones de espectadores ven las imágenes en la televisión y sus celulares, y simplemente no pueden hacer nada, porque en el fútbol las cosas no son justas. Hoy el fútbol es todo menos ético y eso se tiene que solucionar. Es increíble pensar que un partido se puede definir por una vil trampa o un increíble error de un árbitro, pero no solo nos hemos acostumbrado a eso, sino muchos lo fomentan y lo defienden de manera extrema.

Hoy El Tiempo publica una nota que es enormemente sorprendente, donde la International Football Association Board (Ifab) se reunirá mañana para ver si permiten que se use el video para revisar jugadas polémicas en el fútbol, y existe una enorme posibilidad que los resultados de esta reunión sean efímeros; que digan que el tecnología debe llegar a este deporte, pero se comenzará por ver cómo evoluciona el tema en Holanda por un tiempo, o que se probará en torneos juveniles o femeninos, lo cual le resta importancia al tema y dilata un problema eterno.

Se dice que el fútbol es la religión del pueblo o el opio de las masas; y sin querer – o queriendo – se parece mucho a lo que pasa en el Vaticano hoy en día: sube un Papa a restablecer la imagen de la institución, deshacer la corrupción y dar mensajes de esperanza de cambio, pero en el día a día, en las parroquias las cosas continúan igual, y no se logra un cambio definitivo.

Premiar la trampa es fomentarla, y no podemos hablar de un deporte competitivo si esto es así. La verdad, es que ese tema del Fair Play es un discurso tan vacío como la lucha contra la corrupción y la pederastia en la iglesia católica: todos dicen que está mal y lo gritan a los cuatro vientos, pero las cosas siguen pasando y solo se castiga al que es sorprendido haciendo la trampa.

El tenis tiene hace años el reto al árbitro, la NBA que tiene 10 jugadores en el campo tiene 3 árbitros por partido y uso del video hace mucho tiempo, y en casi todos los juegos olímpicos – menos el fútbol claro está – se usan las imágenes para ver los resultados. Seguramente lo hacen para que la técnica prime sobre la maña, pero por alguna razón que desconozco, muchos jugadores de futbol de barrio y profesionales, apoyados por sus hinchas, permiten que se haga trampa, y lo consideran simplemente parte del juego: si el árbitro no lo vio, no se pitó y no pasó.

El problema es que el fútbol es el deporte más visto por niños en el mundo, y al final les queda una enseñanza macabra en sus vidas: si no te ven hacer trampa, la puedes hacer, y esto es la semilla de la corrupción, del fraude, de la violencia, del bulling y demás comportamientos del ser humano, donde se pasa la norma por encima, por el simple hecho al derecho a hacer trampa.

Esperemos que esto cambie y cambie rápido, o de lo contrario seguiremos premiando y adorando a jugadores que ganan un partido metiendo un gol con un mano, y lentamente vemos como esa persona deja de ser un ejemplo para nuestros hijos por sus acciones cotidianas.

 

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