Comienza una semana sin marchas, pero con manchas

El país ya salió de varios problemas: el apagón, la firma afanada del Acuerdo en La Habana por la fecha límite, la ausencia del autodenominado ELN en el tema de la paz y de las marchas de los últimos días.

Comenzó a llover y es muy posible que el martes a las 7:00 p.m. nos cuenten que la inflación comienza a ceder, mientras el dólar pierde terreno frente al peso, no solo por la caída del precio de petróleo, sino por la merma en la especulación y algún repunte de las exportaciones, logrando que el empleo crezca, y el mercado laboral comience a cambiar un poco. Se condenó a Samuel Moreno y salió el Fiscal Montealegre, dándole un aire necesario al sector judicial, que a punta de paros e ineficiencias, consolida el lema “la justicia cojea pero llega”.

Cómo decía en mi entrada de ayer, Los Hogares volvieron a salvar al Gobierno, pero no lo harán por siempre. Comienza el país a retornar a sus problemas de siempre, después de una fuerte catarsis sobre sus dirigentes, la economía, la corrupción, la política, la paz y el inclemente clima. Las conversaciones serán diferentes esta semana, porque se hablará de lo que pasó y se debatirá sobre lo que viene. A eso se suma que las Selecciones Colombia de Fútbol ganaron, y eso anima a la gente a creer que en el país no todo está perdido.

El tema de Panamá será la comidilla del día, porque muchos nombres mundiales y locales estarán en la plaza pública, y la audiencia pedirá la hoguera para estos evasores, y comenzará una nueva lucha por lo correcto en el país, y faltarán explicaciones para todos los señalamientos, bajo la excusa de la confidencialidad, la privacidad y el derecho al buen nombre.

Las cosas comienzan a ir mejor, pero la gente no lo sentirá ni fácil ni rápidamente. Hasta que la inflación no esté por debajo del 7%, las amas de casa sentirán que las cosas continúan mal, pese a que en su bolsillo las cosas vayan mejor. Los últimos datos de empleo, dan una señal importante de cambio, porque cada vez se consigue más, pero cada día hay más personas buscándolo, lo que plantea un reto enorme al mercado, porque en los sectores como Comercio, Transporte y Gobierno, la gente quiere trabajar pero la dinámica empresarial no logra absorber tanta mano de obra, y los cambios en los gobiernos regionales generan esa sensación de desocupación, al cambiar de nóminas y mientras se aprueban los planes de desarrollo de los mandatarios entrantes.

Es posible que la opinión de los analistas económicos comience a cambiar en pocas semanas, y dejen ver que es posible que la economía crezca más que en el 2015, y que una sensación de optimismo se vaya sembrando en los medios de comunicación, más allá del clima político y el tema de la paz, situaciones que tienen cansados a los hogares y a los colombianos, que solo ven promesas incumplida y una enorme incertidumbre.

El gobierno logró pasar la cuesta de enero, pero su popularidad pudo haber caído a cifras cercanas al 10%, y cuando el Poll de Gallup publique sus resultados, se hablará de gobernabilidad, legitimidad, de crisis política, y con alguna jugada política, se explicará que el posible apagón y el tema de la paz explican esto, y que lo mejor será esperar a la siguiente medición, donde fácilmente los números serán mejores para el gobierno, y se podría decir que era un tema coyuntural.

Esta será una semana de análisis. Las noticias sobre las marchas rondarán sobre su efectividad y el rol de los medios en ellas. La gente hablará de fútbol, de lluvias, de la corrupción que dejará ver el escándalo de Panamá.

Abril será un mes calmado, sin la presión de la paz, con una mejora en días hábiles que hará que la industria y el comercio repunten (porque el año pasado la semana santa fue en marzo), generando empleo, y los gobiernos locales propondrán un nuevo esquema de ciudades para el futuro, sembrando algo de esperanza entre el desasosiego en que hoy vivimos. En abril, lluvias mil, y billete de cien mil.

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