Dos noticias recientes nos muestran la complejidad de lo que llamamos postconflicto. Se habla de más de 8 millones de víctimas y la guerrilla dice que no tiene una fortuna por su relación con el narcotráfico y demás delitos.

El gobierno había estimado cerca de 4 millones de víctimas desde 1985 hasta hoy, y recuerdo bien que cuando se publicó que en más de 50 años de conflicto, solo habían muerto 250.000 personas, la cifra me pareció completamente increíble, porque eso significaba cerca de 5 mil muertos al año, dejando ver que este complejo conflicto en que vivimos, tiene una intensidad muy baja comparadas con otros y sobretodo con lo que imaginábamos; mas con comprender que cerca de 8 millones de personas se presentan como víctimas, estamos hablando que cerca del 15% de los colombianos han sido tocados por este salvaje proceso.

Es posible que alguno de estos sean personas sin escrúpulos que se declaren como víctimas, para ser reparadas por el Estado, como ocurre con las personas que están en el Sisben pese a tener un buen nivel de ingresos, o esos que viven en estratos bajos, recibiendo subsidios, pese a tener el suficiente dinero para no necesitarlos. Sin embargo, en su mayoría, es lógico que muchos colombianos sean víctimas de este salvaje conflicto en el que vivimos.

No conozco cómo será la reparación a víctimas, pero sin duda será muchas veces más costosa, que la reinserción de los guerrilleros, y esto hará que el gobierno deba buscar cuantiosos recursos para llevar a cabo esta titánica tarea. También, se deben proponer maneras de reparación no económicas, porque no todas las víctimas tuvieron pérdidas de este tipo por el conflicto, lo que será un tema muy complejo porque nos hemos acostumbrado a que todo se repara con dinero, pese a que eso no repara nada.

Así, el gobierno ha dicho que busca la “fortuna” de la guerrilla (las FARC dicen que no tienen el dinero que les atribuye The Economist) para usar esos recursos para estos fines, y si se hace un análisis simple debe existir esa riqueza en algún lado. Analizando solo el dato de la siembra de hoja de coca, se estima que una hectárea produce cerca USD400 por cosecha, y que cada hectárea puede tener cerca de 5 cosechas al año. Hablamos de más o menos, USD2.000 por hectárea sembrada de coca, que se pueden transformar en cerca de 30 kilos de cocaína procesada que, puesta en el mercado de los Estados Unidos, se puede vender en cerca de US3.000 por kilo, es decir que una hectárea de hoja de coca se puede transformar en un negocio de UDS90.000 al año. Claramente estas cifras son aproximadas y dependen de muchas cosas como condiciones de cultivo, El Niño, la DEA, el precio en las calles y demás variables.

Pensando que cada hectárea produce USD2.000 de hoja de coca y que las FARC solo controlen la mitad de este negocio en Colombia (siendo posible que sea mucho más), y cobren un “impuesto de gramaje” del 20%, estamos hablando que las FARC se quedan con USD400 por hectárea en Colombia y según la ONU en 2014 habían 69.000 hectáreas de coca sembrada en el país (ver informe de la ONU), hablamos de un negocio de USD138´000.000, de los cuales cerca de USD27 millones serían de las FARC, solo analizando el tema del gramaje, no el negocio de las rutas ni del procesamiento y la venta en Estados Unidos, porque no es claro de quién es ese negocio hoy por hoy, pero es poco probable que la guerrilla venda en las calles de Norteamérica.

Si solo el negocio de hoja de coca es de USD138 millones, que se transforman en USD6,2 miles de millones de dólares (algo así como 18 billones de pesos), es comprensible que se esté buscando parte de este dinero como fortuna de las FARC, para financiar la reparación de las víctimas y muchas otras cosas.

De este análisis simple se desprenden dos cosas fundamentales: si todo el negocio llega a ser solo de USD138 millones, porque no se procesa nada en Colombia, estamos hablando de un negocio de $427 mil millones de pesos en 2014, que ha crecido cerca de un 135% en pesos porque los cultivos crecieron un 44% entre 2013 y 2014, y con la devaluación del 60%; Esto aumenta la entrada de dólares al país, el movimiento de efectivo y causa una enorme motivación para sembrar coca en Colombia, no solo porque las FFAA han bajado la presión, sino porque ya no hay glifosato y la devaluación lo convierte en un negocio mucho más rentable.

Sin importar si las FARC tienen todas las hectáreas sembradas, si cobran solo el impuesto y si venden o no la coca procesada, es claro que de 2013 a 2014 el negocio les creció un 135%, y eso tiene que estar afectando muy profundamente la negociación en La Habana, porque una cosa es negociar un negocio de millones de dólares de 2013 con un dólar a $1.900, a un negocio hoy con un dólar a $3.000. Si bien la caída del precio de petróleo afectó profundamente al gobierno venezolano, las devaluaciones recientes del bolívar, también han causado enorme riqueza en ese país por el tema de narcotráfico, situación que hace que el entorno de negociación con las FARC y el ELN haya cambiado mucho.

Quizá por esto el afán del gobierno y de las FARC de traer a “Simón Trinidad” al juego, porque todo apunta a que él sabe dónde está el dinero de los negocios de años pasados, que quedaron después de financiar a la tropa, y para nadie es un secreto, que desde que fue capturado y extraditado a los Estados Unidos, la guerrilla ha perdido fuerza, no solo por los golpes militares, sino por los financieros y contables.

Así, el número de víctimas esperado se duplicó, y el negocio de la droga en pesos se multiplicó por 2,3 veces, con menos tropas y una menor intensidad del conflicto, lo que inevitablemente hace que las FARC gasten menos y estén con un mayor resultante de caja.

¿De cuánto es esa fortuna? No es claro, y quizá ni ellos lo sepan, pero lo que sí saben es que, si solo están el negocio del gramaje de la hoja de coca, solo tienen el 0,4% de esa cadena de cultivos ilícitos y narcotráfico, mas es posible que sea mucho más. Pero, sin importar qué tanto tengan, sus ingresos crecieron más del doble en 2014 y sus costos cayeron de manera importante, lo que hace que tengan mucho dinero de esta lucrativa línea de producción.

Por esto es que todos están detrás del dinero: el Gobierno, la DEA, los cárteles, e incluso las bandas criminales, porque al final del cuento, el proceso de paz terminará “legalizando” muchos millones de dólares que están en alguna cuenta en algún lugar del mundo, o enterrados en caletas en la selva. Ese dinero es el motor del conflicto hoy por hoy, y no podemos desconocer que ha ayudado a nuestra economía a crecer y que, si estas estimaciones son correctas, tienen algo que ver con el buen desempeño de la economía en 2014 y seguramente en 2015 e incluso este año, y eso que solo hago cuentas por encima de uno de los negocios del narcotráfico.

A más sembrados de coca, más cocaína, a más cocaína entran más dólares al país, y eso es un negocio en que, sin querer, todos nos vemos beneficiados. Por eso hoy la discusión es donde está la fortuna de la FARC, para pagar el infortunio de 8 millones de víctimas.

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