Según el DANE*, en 2015 llegamos a 14´101.000 millones de hogares para 47´765.000 colombianos, lo que nos da un promedio de 3,38 personas por hogar, lo es imposible porque no se puede partir a las personas y es mejor decir que los hogares colombianos tienen entre 3 y 4 personas.
De estos 14 millones de hogares, el 65% tiene un jefe de hogar hombre, lo cual no es novedoso porque en nuestra cultura es esperado que el que traiga el dinero a la casa sea el “varón”; sin embargo, cuando decimos que el 35% de los hogares tienen jefatura femenina nos escandalizamos porque esto nos hace pensar que un hombre dejó botada a una mujer con la responsabilidad del hogar y eso no es del todo cierto. Innegablemente hay una buena cantidad de descarados que hacen eso y no se hacen cargo del hogar, pero de esos casi 5 millones de hogares algunos son soportados económicamente por padres divorciados, otros son de mujeres que viven solas, algunas que decidieron tener su hijo sin contarle a su padre. Además, existen cerca de 1´000.000 hogares donde la mujer es la jefe del hogar, la proveedora del ingreso y el hombre es amo de casa, cosa muy curiosa para nuestra cultura.
En 7 de cada 100 hogares hay un amo de casa, como coloquialmente lo llamamos; un hombre que está en la casa y no aporta al ingreso del hogar o que dice que no es el jefe del hogar en términos económicos, seguramente en esta cifra hay un buen número de hombres mantenidos que ni ayudan en las tareas del hogar, pero los datos no dejan saber cuántos son.
Lo que los datos si dejan ver, es que en 2008 eran cerca de 591.000 hogares con esta situación y que eso correspondía a 5 de cada 100 hogares colombianos, lo que no solo significa que la situación está aumentando, sino que la tendencia es ascendente y todo apunta a que es una realidad creciente y muy importante en el país. Esto afectará la forma de vender productos, ofrecer servicios y las definiciones de jefe de hogar y ama de casa.
Si la tendencia continúa en la misma dinámica, en 2023 10 de cada 100 hogares tendrían un “amo de casa” y eso replantearía muchas cosas de las que hoy conocemos. Algunos dirán que esto está mal porque es el hombre quien se debe quedar en casa, pero en un país donde cada vez hay menos hogares sin hijos y donde vemos el ascenso de la mujer al poder público y privado, esto podría ser inclusive un cálculo bajo ante lo que podría pasar.
*Estos datos son de la Encuesta de Calidad de Vida 2015, con cálculos personales; redondeo las cifras, porque no vale la pena ver datos tan exactos que al final no son verdad por los márgenes de error.