En un mundo donde la tecnología cambia todos los días, y los productos de consumo masivo se desactualizan a alta velocidad, Los Magníficos, Mc Gwiver, Automan, Magnum, El Chavo del Ocho, Profesión Peligro, Bonanza y El Hombre Increíble son programas de televisión típicos del ochenta, que han vuelto con mucha fuerza a la pantallas, acompañando series como Padres de Familia y Los Simpson, que claramente son contemporáneas.
Este fenómeno inicialmente pensaríamos que es un ahorro abusivo por parte de las cadenas de televisión, pero al retransmitir programas que ya han pagado sus derechos de emisión evita producir nuevos programas para las franjas de baja audiencia; y si bien esto puede ser en parte cierto, es una tendencia mundial.
En este momento se comienzan a presentar las promociones de películas como Rambo, Indiana Jones, El Super Agente 86, Batman, después de exitosos lanzamientos como Transformers. Este fenómeno de retorno tiene como mínimo 3 factores de orígenes muy claros.
El primero se refiere a la huelga de escritores de guiones de Hollywood; esta crisis más allá de defender los derechos de autor de los literatos – derechos que han sido históricamente despreciados y subvalorados por la presencia de las estrellas taquilleras. Esa situación nos ha llevado a un boom de precuelas, o spinoff, que nos quieren decir de donde vienen las historias, pero nos deja esa sensación de que la industria ya no tiene una gran capacidad de novedad y evita el riesgo.
El segundo se encuentra en el aprovechamiento del envejecimiento de la población que creció con la invasión manga a Estados Unidos; esta población hoy tiene capacidad de compra y fácilmente vuelve a capturar estas series y a consumir sus producciones cinematográficas. Igualmente, los actores que crecieron consumiendo estos contenidos, se sienten halagados y se mueren de ganas de protagonizar a sus héroes de antaño.
El tercero, es quizá más simple; se refiere a la competencia de internet y los juegos de video. Hoy este nuevo medio ha desviado la atención de los consumidores de medios y al intentar capturar su audiencia perdida, la mejor opción es asegurarla con éxitos confirmados.
Esta situación conlleva a que los medios se vean viejos y sin ideas, por esto el consumidor está abandonando las pantallas masivas y sigue migrando al uso individual y especializado de audiovisuales de entretenimiento.
Colombia no es ajena a este proceso; la continuidad de Padres e Hijos y la retrasmisión de programas norteamericanos de los ochenta, son claro ejemplo de esto. Con la fortuna, que la reacción de la industria del cine nacional ha sido la contraria: llenando las pantallas de cine de propuestas comerciales y artísticas nuevas y audaces, mientras se mantiene con mucha fuerza el proceso de telenovelas cómicas en los canales privados.
La retromedia está en el mundo y no se irá por mucho tiempo; desde sus inicios formales con el canal boomerang de Cartoon Network para explotar los derechos de la Hanna Barbera, hasta el actual lanzamiento de la nueva generación de la mujer biónica. Pero le pedimos a los canales nacionales que pongan en sus parrillas programas como “Yo y Tú” con el fin de contrarrestar la entrada de los nuevos canales privados, y que por el contrario aprovechen la creatividad nacional, para crear nuevos contenidos que puedan ser exportados y no sacar latas de las bodegas de la empresa.