Se dice que el 20 de agosto los camioneros vuelven a paro. La inflación muestra que el paro anterior costó cerca de 5 billones de pesos, y queda la pregunta, ¿esto como lo va a afectar a usted?, ¿Qué tanto daño le hace a usted y a su familia un paro caminero que aumente la inflación?, y obviamente queda en el ambiente la duda, si un paro caminero debe afectar a los hogares quitándonos el 1% de capacidad de compra y haciendo perder 5 billones de pesos por defender lo que ellos creen que es correcto.
Comprender los efectos de la inflación en las personas es fácil: si las cosas cuestan más, y usted sigue teniendo el mismo ingreso, podrá comprar menos cosas. Deberá decidir qué compra y qué no, porque al reducir su capacidad de compra, tendrá que tomar decisiones.
Seguramente seguirá comprando en el mercado las cosas que usa cada mes, como alimentos, aseo del hogar, aseo personal y medicamentos, pero buscará comprar las cosas más baratas, intentando compensar el precio de los productos más costosos, para poder seguir comprando las mismas cosas que compraba antes o incluso más.
En este ejercicio, es donde se dará cuenta cuáles son las cosas que son realmente necesarias para usted, porque una cosa es lo que siempre nos han dicho, donde los alimentos, los servicios públicos, el aseo, la educación y la salud, son cosas que siempre vamos a pagar sin importar el precio. Sin embargo, cuando comienzan a subir los precios, rápidamente usted se da cuenta, que hay productos que no parecen vitales, pero son fundamentales para usted por sus propias razones, como la televisión paga, los licores, los chocolates e incluso los condones, o el dinero que destina a la rumba de los viernes, y es por eso, que cuando hace mercado, sigue comprando papa, pero compra la más barata o en menor cantidad, pese a que el racionamiento económico dice que debería comprar la misma cantidad de papa, pero usted prefiere ahorrar en papa, para comprar unas cervezas el fin de semana.
Así, en la vida real, por fuera de los libros de teoría económica, casi ningún bien puede subir de precios y esperar que su demanda siga igual, y cuando algún producto sube de precios, inevitablemente, afectará la demanda de otros bienes, porque el comprador debe reasignar su gasto, y modificar su pocketshare (estructura de gasto según la condición del bolsillo), en cada mes, según las necesidades y los ciclos de compra. Los libros de economía, tienden a ser muy idealistas en estos casos, olvidando las preferencias de las personas, como una fuerza incluso superior a las necesidades básicas por satisfacer.
Así, la inflación nos afecta a todos. Pero poco se habla de frente, de lo mucho que afecta a toda la economía la inflación. Si usted al mes compra 100 productos diferentes, donde todos valen $1, y se le presenta un aumento de precios del 1%, inevitablemente deberá dejar de comprar alguno de los 100 productos, y eso hace que esa industria deje de ver lo que vendía, causando pérdidas para esas compañías, menos empleos, demoras en pagos de deudas a bancos y proveedores, que fueron causadas esperando una demanda más alta y quedaron llenos de inventarios de producto que no se vendieron, que si bien son productos industriales, pueden esperar unos meses en ser vendidos, pero si son frutas y verduras, se dañarán prontamente. Claro, ese 1% es compensado con que la población crece y aumenta la demanda, ¿pero qué pasa si la inflación crece más que la población o el ingreso de las personas?
Es por esto que la inflación es una de las variables más temidas de la economía: afecta el bolsillo de los hogares, el bienestar de la población, frena la economía, genera desempleo y afecta el sistema financiero.
Haciendo cálculos simples, el Producto Interno Bruto llegó a los 800 billones de pesos en 2015, y con los datos que ha publicado el DANE, sabemos que el primer trimestre de 2016, la economía creció en pesos un 8,1%, pero con una inflación de 5,52%, solo crecimos de verdad, un 2,5%, lo que deja ver perdimos 2,6 puntos porcentuales por la inflación, que vienen de los efectos de la devaluación y del aumento de los precios de los alimentos y de los servicios públicos y el arriendo. Lo que significa que perdimos cerca de 11 billones de pesos en ese trimestre.
El paro caminonero duró cerca de dos meses, y ya suenan amenazas de un nuevo paro para el 20 de agosto. Haciendo estimaciones aproximadas, es muy posible que el paro haya causado un 1% en la inflación anual en Colombia, lo que puede significar cerca de 5 billones de pesos en pérdidas para la economía, más la contracción de 1% en la calidad de vida de los hogares y la pérdida y no creación de nuevos empleos, más el impacto en el recaudo tributario, que hace que los hogares que necesitan que el gobierno los ayude, se queden esperando porque el gobierno tendrá menos ingresos.
Básicamente los camioneros piden dos cosas: la reposición uno a uno de los camiones y una tabla de fletes. Este tipo de lenguaje no lo entiende la mayoría de la gente, por eso es mejor comprenderlo de manera simple. El gran problema que tienen los transportadores es que cada vez hay más camiones ofreciendo mover carga, y eso hace que los precios de mover la mercancía bajen, porque siempre hay alguien que está dispuesto a hacerlo más barato; a lo que se suma el problema, que los costos de mover la carga han subido, porque los peajes son costos, la gasolina sube de precio, los seguros para los camiones son más costosos según la edad del camión y el salario del empleado o bien, el ingreso que le queda al dueño del camión, cada vez es menor. Por eso le piden al gobierno dos cosas: no dejar entrar más camiones y poner un precio mínimo por carga de un punto del país al otro, que todos respetemos.
Dicho así suena simple, pero esto tiene enormes implicaciones, donde el gobierno no puede ceder fácilmente ni mucho menos aceptarlo. Si acepta que no entren más camiones al mercado, en la práctica está creando un cupo en los camiones, como tienen los taxis, y hace que sacar los camiones viejos sea más difícil y costoso, dándole un poder enorme a los transportadores y dejando en las carreteras muchos camiones que por su edad, son un gran riesgo para todos.
Por la otra parte, al fijar la tabla de fletes o de precios mínimos, va a causar que los costos de transporte aumenten, elevando los costos de las empresas, los precios de los productos finales, la inflación y la calidad de vida suya, y crea un esquema de precios mínimos, que si usted lo llevara a los productos del mercado, sería como si existiera una norma donde la papa nunca puede valer menos de $1.000 pesos el kilo, y entonces usted siempre ha de exigir ese precio, y cuando los precios bajen, usted no va a poder comprar la papa más barata. Claramente el tema tiene que ver con el valor del flete, pero al fijar un precio fijo en un punto dado, no se sabe a ciencia cierta, si es un precio alto o no, y hace que al final todo sea más caro.
¿Cómo solucionar el tema? No es fácil, porque el camionero tiene derecho a seguir siendo camionero porque le gusta eso o porque tiene invertido allí su dinero, pero si sus ingresos no cubren sus costos, debe pensar en salir de ese negocio, o aumentar sus ingresos o reducir sus costos, y han causado la presión al gobierno para reducir los costos y proteger lo que hoy tienen, pese a que saben que en el mercado hay camiones con menos costos por la edad y la tecnología, y que pueden hacer esos viajes con menor consumo de combustible, lo que pone al mercado en un aprieto muy complejo.
¿Que los camioneros tienen derecho a tener si negocio y modo de vida? Sí, sin duda; ¿Que todos debemos financiar la ineficiencia y la informalidad que tienen por no cambiar de camión para ser más rentables? No, eso no es lógico.
Ahora, no solo hacen que los costos de carga sean más caros, sino que con el paro, afectan la calidad de vida de todo el país, al punto de evitar que lleguen medicinas a ciertos municipios, complicando el tema mucho.
El paro es su mecanismo de presión, el cual ha funcionado muy bien el gobierno Santos, ya que al negociar con la guerrilla, fácilmente se crear el discurso de “¿por qué negocia con los terroristas y con nosotros no?”, lo que desemboca en acciones violentas como el cierre de carreteras, que no es otra cosa que la vulneración de la libertad de las otras personas, una enorme afectación económica en el mercado y poner el riesgo la salud de muchos enfermos.
Eso desemboca en que el gobierno deba actuar con fuerza, y asegurar el derecho de muchos sobre el de pocos, porque una vía bloqueada por 20 camioneros, afecta a millones de personas; más, lo que queda en las cámaras, es como 20 miembros de la Fuerza Pública, agreden a los pobres camioneros que exigen sus derechos, causando una presión adicional al gobierno, que ve como su imagen pública se sigue afectando, porque si no levanta el paro es culpa del gobierno y si sigue, también.
El gran problema es que el gobierno –no solo este– les ha incumplido con lo acordado a esos transportadores. Quizá en el afán de levantar el paro, algún funcionario dice que van a revisar la fórmula del precio del diésel, y con eso los camioneros entienden que el precio de combustible bajará. Cuando se revisa la formula, se ve que el componente del importado es muy alto y la devaluación no permite bajar el precio, y las cosas quedan igual, la gente se siente engañada, porque no se cumplió con lo dicho. Si el gobierno decidiera subsidiar aún más el combustible, los peajes y otros costos, tendría que quitarle plata a otros programas para hacer eso, lo que llevaría a un paro en otro sector. Realmente, el rol del gobierno es muy complejo y sus resultados desconocidos, dejando un ambiente muy desalentador para los negociadores y claramente desmotivante. Ser empleado público es de lo más desagradecido del mundo.
Si a esto se le suma, que en el imaginario de la gente, todo lo que pasa en el país es por culpa de la corrupción, y que si los políticos no se robaran la plata, habría mucha plata para todos y con eso se podría hacer todo, es casi imposible negociar.
Según el Procurador, la corrupción en el país es cercana a los 20 billones de pesos, lo que es más o menos lo mismo que 8 meses de paro camionero, que se pierden porque algunos defienden su negocio, en sus condiciones, con sus ineficiencias, buscando ser financiado por todos.
Si el paro llega el 20 de agosto, prepárese para volver a rediseñar su gasto, dejar de comprar ciertas cosas, de antemano compre medicamentos y cosas de primera necesidad, porque algunos creen que jodiéndonos a todos, pueden hacer que todos les financiemos sus ineficiencias.
Por si le interesa, ayer escribí que sobre la necesidad que tiene Bogotá de tener un carnaval.