De lejos es el mejor año que he vivido en mi país. Este año pasará a la historia de Colombia como uno de sus mejores, no solo como el año de la paz, sino de la cumbre del deporte y de muchas otras cosas. Es el año en que lo mejor de los colombianos se mostró al mundo, dejando ver de lo que somos capaces y de cómo podemos vencer nuestras adversidades.

En el mismo año, una colombiana dirige una misión de la Nasa, un compatriota deja la empresa de software más grande del mundo después de liderar su expansión, nuestra cadena de supermercados se convierte en la más grande de la región, nuestros restaurantes son galardonados en el mundo entero y los dos cantantes contemporáneos más importantes, se unen para cantarle al mundo, dejando ver que no somos violencia, drogas y miseria, sino ciencia, empresa y cultura.

Las medallas de los deportistas olímpicos y paralímpicos, se unen a triunfos internacionales de las Selecciones Colombia de fútbol y de nuestros clubes profesionales, al mismo tiempo que nuestras selecciones femeninas comienzan a ser reconocidas en el mundo entero, mientras los nuevos escarabajos, hacen honor en sus bicicletas, a lo hecho por sus antecesores.

No sé qué más necesita un colombiano para sentirse orgulloso de su país hoy en día. Semanas consecutivas de buenas noticias, donde esa bandera que nos representa, es mostrada en el mundo entero y que serán rematadas con una votación de los colombianos no solo por el fin del conflicto con una guerrilla, sino por presente que desean para sí mismos y el futuro que le quieren dejar a sus hijos.

Un colombiano que nazca este año, este mes, en lo que resta de este calendario, nacerá sobre los laureles de una historia de empresarios, deportistas, militares, políticos, cantantes y ciudadanos que lo dieron todo para dejar un mejor país para todos.

No nos ceguemos en el torpe debate de quien tiene la razón sobre cómo debe ser el camino, por el contrario, sigamos caminando por donde vamos, porque los pasos de millones de colombianos han permitido que esa horrible noche llegue este más cerca de terminar, y que nos alumbre un sol de esperanza, no por la firma de un acuerdo, sino porque nos pusimos de acuerdo que vale la pena tener la Colombia que es posible y nos merecemos.

No solo somos dos mares, tres cordilleras y miles de riquezas, sino millones de colombianos que valemos oro, y lo mostramos cada día al madrugar a cumplir con nuestros deberes, a luchar por nuestros sueños, a vivir el amor y a dar lo mejor que tenemos cada día.

Tenemos que comprender que el hoy el mundo nos mira admirados, mientras se preguntan como un país que está en guerra, que lucha contra los males del mundo en su propio patio y que se ha bañado en su propia sangre a nombre del mundo entero, es capaz de llenar de alegría, diversión, café, flores, belleza y colores a un mundo que siempre le dio la espalda. Nos envidian, nos aplauden al ver como ganamos, nos estudian y comienzan a comprender que ser colombiano no es ser un sobreviviente, es ser una persona del común que no tiene nada de común para los demás.

Este año se recordará como el año en que Colombia le dijo al mundo y así mismo que si se podía, que logró la paz, las medallas de oro, los reconocimientos académicos, los triunfos deportivos, los logros empresariales y como el año en que la violencia llego a uno de sus puntos más bajos, y no debimos leer sangre en las primeras planas de los periódicos.

Gracias a todos: Deportistas, militares, políticos, empresarios, ciudadanos, niños, viejos, negros, indígenas, porque gracias a todos…

2016 será el año en que Colombia se demostró que si es una nación gracias a sí misma.

 

@consumiendo

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Por si le interesa, ayer escribí sobre como ha evolucionado la comida colombiana