El fin de la guerra con las FARC es un triunfo para los Estados Unidos. La potencia norteamericana ha intervenido en muchos conflictos en el mundo entero, siendo invitado o no a participar, causando en muchos casos, efectos perversos en esas naciones, como en el caso Afganistán, Irán, Irak, Nicaragua o su gran derrota en Vietnam.

Mas en Colombia, bien pueden decir que con el Plan Colombia lograron reducir militarmente a las FARC y llevarlas a la mesa de negociación, donde con la presencia de un embajador de ellos, se alcanzó un acuerdo de paz histórico. Siendo así la única intervención efectiva, sin tropas norteamericanas desplegadas en un conflicto militar, donde los Estados Unidos realmente fue fundamental en el proceso y se puede decir que colaboró directamente.

Esta reflexión me la hacía el analista costeño Sergio Diaz-Granados, recordado como exministro, pero que es un gran estudioso del país y de las visiones globales, al referirme un texto de la publicación Foreign Policy al respecto, en un grato almuerzo que tuvimos esta semana en Bogotá.

Muchos colombianos se sentirán ofendidos por estas afirmaciones, sobre todo miembros de las FFAA, porque fueron ellos los que derrotaron a las FARC, y eso no tiene discusión; mas ellos mismos saben que la capacidad militar, de movilidad y reacción que aportó el Plan Colombia a las tropas es innegable, con la creación de brigadas móviles, la división aérea del Ejercito y los equipos de combate que se usaron, en particular los helicópteros Blackhawks.

Por esto, es que a los Estados Unidos les conviene este acuerdo, porque por fin le pueden decir al mundo que ellos vencieron al enemigo en una guerra, colaborando con un gobierno democrático, sin necesidad de mandar tropas y afectando directamente las entrañas del narcotráfico, uno de sus grandes enemigos globales, por la producción de droga y captura de divisas. Este “triunfo” de los norteamericanos, le llega como anillo al dedo y en el tiempo correcto al gobierno Obama, que lo reclama como propio, a lograr la paz, pero nace de la belicosa alma de la casa Bush.

En pocos días, el país posiblemente ratificará el acuerdo en las urnas, y los Estados Unidos podrán decir que ellos fueron parte de ese proceso que termina de manera democrática, respetando las instituciones de un país diferente a ellos, pero con el apoyo de su inteligencia, tecnología, armamento, estrategia e incluso buenos oficios en el campo diplomático con su embajador en la mesa de La Habana.

Estados Unidos necesita este triunfo histórico para mostrarle al mundo que ha cambiado, que ya no es el invasor militar imperialista romano de antaño, que al invadir Irak, causó más problemas que beneficios, que van desde el comienzo de la primavera árabe, hasta el aumento de los precios del petróleo, y quizá el mismo Brexit, como consecuencia de una sociedad británica que se sintió usada para invadir las naciones árabes con las medias verdades de las armas atómicas, que todos sabían que existían, pero al final, terminaron siendo la mentira más grande e inteligente de Irak para asustar a occidente.

La historia dirá que Colombia logró la paz con el apoyo de los Estados Unidos, como nuestros libros dicen que logramos la independencia de España gracias a los británicos, pero no debemos olvidar nunca que ambos casos, fueron los colombianos los que lograron la paz.

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