“Uno de mis padres me dijo …”, comenzaron contestando varios emprendedores a la pregunta “Cuál fue el consejo más importante que le han dado para ser emprendedor”, realizada por Ricardo Ávila de Portafolio, en la celebración de los 10 años de Endevour en Colombia; esto me sorprendió mucho, porque por lo general, la gente cree que los papás solo quieren que sus hijos estén en puestos estables en grandes compañías.

Ser emprendedor* es un tema de pasión, seguridad, firmeza y sobre todo riesgo. No existe un solo emprendimiento que no sea arriesgado, porque toda empresa en la que nos embarcamos lo es, y más allá de capital, oportunidades y estructura, un emprendedor necesita el apoyo y el cariño de los suyos.

He creado empresa y he visto cómo otros crean empresa, pero nunca había escuchado a tantos emprendedores exitosos recordando que un consejo de uno de sus padres, fue el que le dio la fuerza para continuar, el ánimo para seguir, la fuerza para salir del hueco y la energía para crecer.

Esos padres que nos enseñaron a comer, hablar, caminar y vestirnos, son los mismos que nos dieron las herramientas para ser arriesgados, lanzados, volados. Ellos fueron los que pusieron dentro nuestro una enorme cantidad de capacidades que hoy consideramos como innatas, pero que quizá fueron enseñadas por ellos.

Mi abuelo fue emprendedor, mi padre fue emprendedor, yo soy emprendedor. Es curioso.

Sin duda habrá casos contrarios, donde los padres presionan para que los hijos sigan la senda laboral y no la empresarial, porque por naturaleza quieren protegerlos de los problemas del camino. Mas todos sabemos que como padres, no podemos meter a nuestros hijos en castillos de cristal y protegerlos para siempre, porque para aprender en la vida hay que vivirla con el propio pellejo.

Más curioso aún, es que muchos padres que han sido emprendedores, ven cuando sus hijos toman decisiones arriesgadas, y prefieren decirles que es mejor el camino de pétalos que el de las espinas, cuando en el fondo saben, que no hay rosas sin espinas, y que si fuera por ellos, tomarían el camino de las espinas mil veces antes que el fácil camino de los pétalos; porque la vida es un camino que debe comenzar subiendo por el tallo de la rosa, para llegar a la belleza de la flor. El tallo es peligroso pero no mortal, y subiendo por él es donde se aprende y se valora; las espinas son solo un mecanismo de la flor para protegerse y que solo pueda llegar a ella quien no tenga miedo y esté dispuesto. Esa es la vida.

Esas palabras de apoyo de un padre, más aún si tiene miedo, son las que han fortalecido miles de grandes proyectos en el mundo, y fue muy bello ver cómo muchos emprendedores de Endevour, años después, citan con orgullo a sus padres, al decir que ellos le dieron un consejo que los llevo de hijos a empresarios. Hermoso.

 

*Digo “Emprendedor”, aunque esta palabra no termina de gustarme. Si bien el término es funcional, y lo usa todo el mundo, se me hace en el fondo equivocado, porque de entrada le dicen a una persona que es un “emprendedor” y no un empresario, como recordándole que es un “amateur” y le falta mucho para ser un profesional.

@consumiendo

www.camiloherreramora.com

Por si le interesa, ayer escribí que sobre las cosas de aseo que se roba la gente de los supermercados