La polémica por la encuesta de sexualidad del DANE es injusta e hipócrita. Hoy los padres levantan la voz a decir que las preguntas son tan directas, que van a hacer que los niños tengan curiosidad, que cambien su comportamiento sexual, o llegar a decir que “El maltrato y el abuso sexual son problemas que debemos combatir, y este tipo de acciones lo permiten”, como dijo Carolina Piñeros, directora de RedPaPaz (tomado de El Tiempo), implicando que la encuesta del DANE va a causar abuso sexual, no tiene pies ni cabeza, mostrándonos que realmente el nivel de ignorancia en el país sobre la sexualidad es inaudito.

Lo que hizo el DANE está bien hecho y públicamente los apoyo, porque tuvieron la seriedad y el profesionalismo de preguntar las cosas como son, con un lenguaje científico y claro, sin entrar a sesgar las preguntas. No hay otra forma de llamar a las cosas más que por su nombre: vagina, pene, ano, objetos, tocar, meter, poner.

Lo que pasa es que la hipocresía sobre la sexualidad en Colombia es muy grande. Esto no tiene que ver con homosexualidad ni virginidades, sino sobre imaginarios que tienen las personas sobre cuando y como debe ocurrir la vida sexual de sus hijos, y eso es muy respetable en cada familia; pero más allá de como los padres crean que deben educar y formar a sus hijos en la sexualidad, el manejo silencioso de este tema es el causante de muchos problemas de abuso sexual, de una sexualidad irresponsable y sus consecuencias.

Solo por dejar claridad sobre el tema, esta encuesta se hace para saber la verdad, que los papás no quieren oír ni aceptar. Según el Director del DANE, “A pesar de la polémica que ha generado en algunos sectores, el funcionario recordó que estas encuestas se vienen aplicando desde 2006 por mandato legal. Esto no es una cartilla, es una encuesta que se ha elaborado con la participación de entidades como el Ministerio de Educación, la Fiscalía, la Policía de Menores y algunas asociaciones de padres de familia. El propósito es recabar información confidencial para diseñar políticas públicas a favor de la infancia”, señaló Perfetti. (Tomado de La República).

Dejémonos de pendejadas y asumamos nuestro rol como padres, y comprendamos lo que de verdad pasa en el mundo: la sexualidad ha cambiado, ya no es como lo fue en los cuarentas o cincuentas del siglo pasado, y se parece incluso más a la de siglos pasados, antes de la llegada del oscurantismo religioso (del cual la misma iglesia ha tenido que retractarse en muchas cosas) y donde la sexualidad era comprendida como algo natural y no una cosa cultural.

Los papás no venimos al mundo a cuidar virginidades, lo que tenemos es el deber de educar muy bien a nuestros hijos para que tomen las decisiones correctas y asuman las responsabilidades de sus actos; el hecho que les queremos tapar la verdad del mundo ocultándoles cosas es un error enorme, que en algunos casos desembocan en que algunos adultos abusan de los niños y mantienen esos actos como “un secreto entre ellos dos”.

El sexo es una cosa hermosa, placentera, mágica, romántica, erótica, deliciosa y emocionalmente necesaria para el ser humano. Cuando comprendamos esto, sabremos cómo educar a nuestros hijos para que ellos vivan la sexualidad como debe ser (incluso mejor que muchos de nosotros), dentro los parámetros sociales que les queremos proponer o las creencias religiosas que tengamos, pero lo que no podemos permitir que pase, es que los mantengamos en silencio en casa, de una algo que ellos hablan libremente en su cotidianidad. Hablemos de esto en casa, como debe ser, desde tempranas edades, con las palabras que son y con claridad suficiente

No es cierto que no debemos encuestar a niños de 11 años sobre estos temas, porque para esa edad no logran comprender todo – y menos si no les hemos explicado, porque a esa edad algunos ya tienen vida sexual y hay adultos que abusan de ellos, es fundamental medir eso, sin ninguna duda. Por eso felicito el profesionalismo del DANE y los apoyo públicamente.