Mientras el gobierno nos quiere meter el cuento que ponen un impuestos a las bebidas azucaradas para reducir la obesidad, ya todos los sectores han salido a defender de manera puntual, que si a ellos les ponen un impuesto sería fatal para ellos, mientras los congresistas, politiqueros e incluso una buena cantidad de analistas, salen a decir que deben ser los más ricos los que deben pagar impuestos.
Los impuestos son una necesidad para poder mantener al Estado y cumplir con la Constitución, lo que significa pagar por la educación, la salud, la seguridad, la justicia, el pago de deuda y la operación de los gobierno; mas muchos colombianos dicen a viva voz, que ellos prefieren no pagar impuestos porque los políticos se roban la plata, la educación y la salud son malas, la inseguridad reina, la justicia es inútil, no deberíamos habernos endeudado tanto y que no tiene sentido mantener el sueldo de una enorme cantidad de funcionarios públicos y congresistas. Con esto se consolida la peor de las hipocresías, que es la del ciudadano común, que busca argumentos para no pagar impuestos, porque cree que eso se lo van a robar o lo van a usar mal, pero continuamente pide a gritos que el gobierno le dé todo gratis, y es aquí donde se fundamental el simple discurso que la plata para financiar al Estado debe salir de los ricos.
Comencemos a tumbar mitos, cuentos e hipocresías. Lo primero es que todos pagamos impuestos, inclusive el habitante de calle y los herederos de las familias más ricas de Colombia, y lo segundo que en este país, pagamos muy pocos impuestos. A nivel mundial, se destina cerca del 18% del PIB a impuestos, y en Colombia esto no llega ni al 9%, y eso que es mejor no compararnos con los países desarrollados, donde esto pasa del 20% sin ningún problema. Esto significa, que de una u otra manera, el 8% de nuestro ingreso se va en impuestos, pero le pedimos al gobierno que haga un gasto superior al 18% de la economía, dejando la enorme duda sobre el 10% restante.
Unos dicen que la plata del gobierno debe salir de los ricos, otros que del petróleo y otros ni saben de dónde sale la plata, pero la gran verdad es que para el gobierno funcione, tengamos salud, educación, seguridad y justicia, el gobierno debe conseguir la plata, y como el precio del petróleo se cayó, debemos tomar una decisión: dejar de financiar cosas o poner impuestos, y obviamente se decide mantener el nivel de vida de los colombianos, porque para eso está el gobierno.
Otra gran mentira es pensar que los ricos tienen mucho dinero en el banco, y eso no es verdad, porque lo que tienen son tierras, propiedades y empresas que generan ingresos y utilidades, que si las vendieran tendrían muchísimo dinero, pero hoy por hoy lo tienen mayormente invertido. Fácilmente se dice que se le podría quitar un poco a los ricos para darse a los pobres, pero para quitarle a un empresario, él tendría que vender su empresa y requiere que alguien la quiera comprar y tenga la plata para hacerlo, y eso nos mete en un atolladero complejo, porque el empresario no va a querer vender lo que le da dinero y fue su sueño, y el comprador la pensará varias veces antes de comprar, a sabiendas que después, vendrá el gobierno y le quitará la plata.
La verdad es que los empresarios hacen más riqueza trabajando continuamente, tomando decisiones, generando empleo y demandando muchos productos que mueven toda la economía, entonces, ponerles muchos impuestos a las empresas y los empresarios, hacen que estas no puedan competir bien contra las de otros países, y que los dueños pierdan el interés en seguir metiéndole el hombro al negocio, porque van a trabajar para producir impuestos. Esto causa mucha de la informalidad y la ilegalidad que tenemos los colombianos, porque a la gente le gusta ganar plata pero que no le pongan impuestos.
A nadie le gusta pagar impuestos, pero todos pagamos impuestos. Lo grave es la gente que hace trampa y nos afecta a todos. La gente que vende sin factura, le ayuda a su cliente a pagar menos, y hace dos trampas: le juega sucio a su competencia que sí recauda el impuesto y se quita plata a él mismo, porque la plata que no paga en impuestos, no se le devuelve en buenas cosas.
Las personas que no pagan impuestos, porque los evaden, eluden o dicen que son pobres sin serlo, nos están jodiendo a todos, pero como ellos tienen un discurso de necesidad, los terminamos ayudando. Esas cosas son las que hacen que un país no funcione, y que sigamos en discursos pobres sobre nuestra pobre realidad, porque solo pensamos que nos deben dar y no como debemos aportar.
La gran hipocresía del sistema tributario colombiano es que buscamos no cobrarle impuestos a la gente para protegerla, y al final nos quedamos con tan pocos recursos que no podemos ayudar a todos, porque hemos sembrado la idea en la gente que no debemos poner impuestos para ayudarlos y con ese cuento estamos jodidos todos.