Es comprensible que los niños se disfracen, porque quieren cumplir las fantasías que tienen, y por ser por un día ese héroe que admiran y evocan; mas en los últimos tiempos cada vez más los adultos se disfrazan, van a fiestas, las oficinas se visten de naranja y negro, y cada vez más las personas se disfrazan en las noches de Halloween. La pregunta es simple, ¿por qué carajos lo hacen?

Según un estudio de RADDAR Consumer Knowledge Group, solo 2 de cada 10 personas adultas dicen que se van a disfrazar, lo que nos deja con una población de cerca de 2 millones de adultos en las 4 ciudades principales que sí están pensando en disfrazarse y salir a pasarla bueno, sin necesariamente salir a pedir dulces.

Obviamente detrás de esto puede haber dos tipos de poblaciones. Los padres que se disfrazan con sus hijos para acompañarlos en la fantasía, y los que se disfrazan porque quieren y como quieren, los cuales son los más interesantes.

Las mujeres –no en su rol de mamá– dicen que se van a disfrazar de mayormente de un símbolo sensual, como gatos, mujer maravilla, coneja y otras opciones, mientras que el hombre está buscando más vestirse como algo llamativo que refleje su virilidad. Esto no tiene nada de sorprendente y muestra como un sinnúmero de estereotipos lideran el proceso, y que al revisar esto en ingresos altos cambia hacia Harley Queen y la Catrina, en el caso de las mujeres.

Pero sin importar de qué se van a disfrazar, es impresionante el rol que esto ha tomado en sus vidas, ya que 2 de cada 10 adultos se liberan, dejan salir sus deseos y perversiones ese día, y le muestran al mundo un mensaje confuso, o demasiado claro para muchos. El disfraz se ha convertido para los colombianos en un momento de desenfreno, de liberación, de catarsis, donde puede ser lo que siempre ha deseado ser por un momento de su vida, sin que nadie lo critique, y por el contrario, dejando ver que hay en las profundidades de su alma.

La sensualidad de la mujer, la virilidad del hombre, la creatividad de unos y la timidez de otros se potencializa en ese momento, y oficinas, calles y restaurantes se llenan de enfermeras sexys, superhéroes, pero curiosamente más de villanos y de personajes oscuros y prohibidos, que de héroes buenos y mujeres exitosas. Este lado oscuro que liberamos frente a todos es brutalmente importante en nuestras vidas, porque dejamos salir la picardía que guardamos todo el año y las emociones que tenemos contenidas.

Veremos qué pasa, el estudio continua. Estamos observando Facebook, Instagram y otras redes a ver que nos dicen de cómo se vistieron las ciudades en Colombia, mostrando que hay debajo de ese uniforme diario y de esa mirada de buen profesional.