La verdad es que casi siempre es de menor estrato la casa que el dueño, y por esto es que cometemos muchos errores al intentar comprender la realidad económica de los colombianos.
El estrato es una clasificación municipal a los predios, lo que causa dos enormes confusiones. La primera es que la gente crea que el estrato 4 de Bogotá, tiene las mismas características que el de Soacha o de Santa Marta, y eso no es verdad, porque cada ciudad define cuáles son las características de un estrato según sus condiciones urbanas, y por eso –entre otras razones– las tarifas de los servicios públicos son diferentes.
La segunda es más importante, al ser una calificación al predio, no expresa la del dinero que las personas recibe, ya que muchas personas viven en cierto estrato, con la fortuna de ser dueños del predio, y teniendo que hacer un esfuerzo en los servicios para mantenerse viviendo en un lugar de la ciudad que desean, pero con costos más altos; o todo lo contrario, porque muchas personas viven en estratos bajos, pese a tener la capacidad de vivir en unos más altos, aprovechando los subsidios que la estratificación otorga.
Por esto, se debe tener mucho cuidado cuando se analiza un mercado o una zona de la ciudad, porque no siempre los estratos cuentan el cuento correcto de ese barrio; así, que cada vez que oiga que alguien dice que es de estrato 6, dude de eso, porque sin duda el sitio donde vive si lo es, pero no sabemos si quien lo dice a grito herido, solo está en arriendo, subsidiando a todos y pagando de más, solo por poder decir eso.