Existen muchos artículos escritos sobre cuáles son las mejores posiciones sexuales para hombres y mujeres, pero en pocos se explica realmente para que sirven.

Las posiciones sexuales son uno de los enormes mitos de la vida sexual de pareja, de la acrobacia adolescente, de la aventura del momento, e incluso de la necesidad causada por el espacio donde se realice la intimidad. El Kamasutra es un hito en este proceso, por la gran cantidad de posiciones que plantea muchas opciones de cómo realizar el acto sexual, y allí se nos da la pista clave de la necesidad de las múltiples relaciones sexuales, que es la penetración.

El sexo, más allá de placer y procreación, tiene mucho que ver con poder, y al decir poder no me refiero a las relaciones sexuales agresivas, posesivas o de amo y domina, sino la sensación de dominio que tiene la persona de la situación y esa respuesta de todos los sentidos sobre el control, y el haber logrado acostarse con la persona que se deseaba. El sexo es un deseo cumplido, que se fundamenta en poder llevar a cabo un sueño preestablecido, y por esto la sensación de satisfacción recae mucho en la certeza de haber logrado esa meta.

Siendo el poder y la realización del acto, el cumplimiento de un deseo de las personas, las posiciones juegan dos papeles fundamentales en el acto sexual. El primero, más obvio y más conocido es el de alargar la relación, porque cuando el hombre o la mujer están a punto de llegar al orgasmo, un cambio de posición, reduce esa intensidad y permite que el encuentro sea más largo, aumentando el tiempo de goce de ese placer y poder; aunque algunos afirman que es mejor dejar que las personas lleguen al orgasmo cuando comienzan a sentirlo, y otros piensan lo contrario; sin duda, esto depende de los gustos, el tiempo, la intensidad y las preferencias de cada uno, e incluso de algunos factores médicos, porque muchas personas tienen serios problemas para lograr un orgasmos y frenarlo puede ser contraproducente.

El segundo papel de las posiciones, que es el menos conocido y el más evidente en el Kamasutra, es el ángulo de penetración de pene en la vagina. Los penes tienen algún tipo de curvatura, al igual que las vaginas, y por esto la forma en que entra, cambia radicalmente la sensación que ambos sienten en el momento. Lo más frecuente es el pene tenga una curvatura ligera hacía arriba y que la vagina tenga esa misma condición, lo que hace que las posiciones donde ambos están de frente – como el misionero, la mujer sobre el hombre o sentado sobre una silla o un sofá – la penetración sea muy fácil y placentera; pero cuando el pene entra en un ángulo diferente, causando que su curvatura sea contraria a la de la mujer, las sensaciones son complemente diferentes, porque se presionan espacios de la vagina que en otras posiciones no han sido estimulados.

Son muchas las posiciones que sumadas, permiten que el pene “gire” completamente por la vagina, causando una enorme sensibilidad para los dos; por esto las penetraciones por la espalda son mucho más placenteras para algunos, porque los ángulos de las curvas son contrarios y eso genera sensaciones en lugares diferentes, desembocando placeres distintos. Un buen caso es el de la posición del “tornillo” – como algunos la llaman -, donde el pene entra de lado a la vagina, permitiendo toca con la cabeza del mismo, la vagina en un sentido no logrado en las penetraciones frontales o posteriores.


Tomado de http://de10.com.mx/parejas/2016/03/30/10-posturas-sexuales-para-complacer-toda-mujer

Esto nos permite comprender que no solo podemos aprovechar el cambio de posiciones para alargar el encuentro sexual, sino para lograr mayor penetración, profundidad y explorar otras sensaciones diferentes a las esperadas. El sexo es algo maravilloso, y requiere un poco más de estudio por parte y parte, y sobre todo, muy buenas conversaciones sobre el tema antes de estar en el momento, para que la persona sepa que le gusta al otro y que no, que está dispuesto a hacer y que no, cuáles son sus sueños, deseos y fantasías. Pensar en sexo no es solo pensar en hacerlo, sino estudiarlo, comprenderlo, aprehenderlo y así poder disfrutar plenamente el momento.

Personalmente pienso que ese momento es una guerra sin cuartel, donde cada uno quiere darle el máximo placer al otro, lo que hace que ambos reciban todo de su pareja, mientras les entregan lo mismo, causando una situación ideal, donde todos ganan, y para esto el encuentro casi nunca comienza en un beso, sino en una ligera insinuación días antes, un poco de estudio del pasado, experiencias anteriores, la grata preparación para ese día y la entrega total en el momento, y sin ninguna duda, un buen manejo de las posiciones sexuales, ayudará mucho a vivir esa intensidad.
Nota al pie: El tema sexual siempre ha sido de mí interés, no solo por lo interesante del tema, sino por la enorme cantidad de tabúes que lo rodean; por esto he escrito en este mismo espacio sobre romanticismo, prepagos y ando terminando un estudio sobre transexuales que prontamente publicaré.