¡Por favor! Que 2016 no acabe en sus vidas, no lo desechen al olvido. Sé que fue un año muy duro para muchos, donde nos tocó dar más de lo que podíamos, donde la incertidumbre reino día y noche, en esas noches que se hacían largas pensando en las preguntas y respuestas.
Con 12 uvas quisimos dejarlo en el olvido, como si esas frutas, las 12 campanadas y el ruido brillante de los fuegos artificiales, borraran lo que paso en 366 días y que la quema de un año viejo pudiera “exorcizar” todas la penas que vivimos, esas penas y penurias que nos hicieron crecer como personas y seres humanos.
2016 es uno de los mejores años que hemos tenido. Fue un año de aprendizaje, donde nos dimos cuenta de que somos capaces, y dimos ese enorme paso de ser humildes con nosotros mismos y aprender que podemos mucho más de lo que creemos, porque ni nosotros mismos pensábamos que seriamos capaces de sortear tantas cosas, emociones, noticias, frustraciones y exhaltaciones
Fueron 366 días retadores, más de 15 lunas nuevas que nos llevaron de preguntas, 12 meses de cierres y metas complejas, y miles de minutos donde pensamos que no lo lograríamos.
… al final, 2016 fue una gran escuela, y por eso no lo podemos olvidar, porque ese año será uno de los más importantes de nuestra vida, por todo lo que pasó, lo que aprendimos, lo que amamos, lo que se fue y lo que llego …
¡Feliz 2016 a todos!