Tengo 18.817 fotos guardadas en mi computador en una carpeta que se llama “Familia”,. Si quisiera verlas todas, tomándome 5 segundos en cada una, me demoraría más de 26 horas sin hacer nada más, ni pararme al baño. Sobre decir, que tengo otras carpetas con diversos tipos de fotos y muchos videos que no estoy mencionando.

Gracias a las capacidades que nos dan los teléfonos celulares, hoy podemos guardar para la posteridad miles de momentos con amigos, familiares, congelar sonrisas, los primeros pasos de nuestros hijos, esa mirada que nos hicieron en un momento o coleccionar cotidianidades irrelevantes para muchos.

Esto ha motivado ese pequeño deseo de muchos de ser fotógrafo, de tomar la foto perfecta, de congelar historias para siempre y de cuidarnos de confiar demasiado de nuestra memoria.

Al final, lo más seguro es que nunca volvamos a verlas, pero las tomamos y publicamos en diversas redes, con el fin de compartir algo de esa emoción que sentimos, y con algo de vanidad, de mostrarles a los demás ese “talento” que tenemos.

Todos cantamos, escribimos, tocamos instrumentos, dibujamos y sabemos que tenemos un pequeño artista amarrado dentro, que nos recuerda mucho ese niño que sentaba en el piso a pintar mientras cantaba alguna canción.

Quizá, hoy tomamos tantas fotos, dejando que ese niño que tenemos adentro salga por la lente del celular y sea lo que siempre soñó, y aunque sea por un segundo nos haga felices.

No sé si tener tantas fotos es bueno, porque de una u otra m
anera es un consumo energético que es malo para la condición el planeta. Lo que sí sé existe el enorme riesgo de tener tantas cosas guardadas en un solo espacio, que se pierdan en un momento inesperado, y no podamos ver nunca más esa imagen que nos emocionó.

Le pido a esos que saben de tecnología, a los gigantes de la media, las comunicaciones y la red, que nos ayuden a encontrar la forma de poder guardar estas imágenes, que no son solo pixeles arrumados, sino emociones condesadas en un cuadro. Debe haber una buena manera de hacer, que incluso, ayude al planeta.

Porque es cierto que esto será cada vez más grande y cada vez tendremos más fotos y videos guardados, y quizá nunca las volvamos a ver, pero si viviremos el momento de haberla tomado, de sentirnos artistas, de poder congelar ese instante para siempre y tener la posibilidad de recordarlo en uno de esos momentos en que necesitamos un abrazo o una risa.

Tomé fotos, tomé todas las que pueda, muéstreselas a los demás, haga un libro de recuerdos, porque estos, desafortunadamente no son inolvidables.

 

Nota: creo que esta es la mejor foto que he tomado en mi vida;

el día que nació mi hijo, y mi hija lo conoció.