Sin piedad. Si un hombre le pega a una mujer, ella debe inmediatamente publicarlo en redes sociales, y hacer público ese vil acto de ese miserable ser humano, porque al final la justicia colombiana, es muy probable que no logre hacer mucho.
(*) La foto pertenece a Katherine Mora Peraza, Primer premio en 1ER CONCURSO NACIONAL DE FOTOGRAFÍA “CERO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES”, Costa Rica, 2012 Tomado de http://wikimujer.com/mujer/actualidad/bhagavan.html
El debate no es nuevo, tristemente es muy antiguo. Muchos hombres les han pegado a sus parejas por celos, desespero, depresión, ansiedad, ira o lo que sea, pero las causas de este acto, nunca los van a justificar. Comprendo claramente el debate sobre la presunción de inocencia y el efecto de las emociones en las acciones humanas, pero no podemos caer en la pendejada de pensar que si un hombre en estado de celos, esto es menos dañino o doloroso, porque lo hizo bajo un “estado de ira e intenso dolor”, ni mucho menos es dudar de su inocencia, porque ella sabe perfectamente bien que le cascó.
Hemos visto grandes ejecutivos, personas jóvenes, bien presentadas y educadas, y el último caso es de un profesor universitario de la Javeriana, de lo cual espero que mi alma mater no se demore mucho en echarlo de la institución.
Sé que a muchas les da miedo denunciar, porque eso pueda causar una peor agresión, o que “le maten el gato”, o bien algunas no lo hacen por el “amor” que le tienen a esa pareja, pero si alguien es capaz de pegarle a una mujer en un estado de ira, necesita una sanción contundente y seguramente un tratamiento mental.
No piensen que la mujer es débil o está sola, por el contrario, muchas de ellas físicamente son más fuertes que nosotros, y si lo desean, nos pueden volver pedazos, y están rodeadas de personas que las quieren y las defienden, y sin demora saldrán a defenderlas.
Por eso les pido que publiquen esas bellaquerías, aunque entiendo lo emocionalmente difícil que es hacerlo, porque es decirle al mundo que han cometido un abuso contra ustedes, y una foto en esa condición es bastante lejana de la que desean compartir, pero el poder que hoy nos dan las redes sociales, permiten que pongamos en vergüenza pública a esos animales, que frente a muchos son cultos y refinados, y en privado les pegan a quienes dicen amar.
¡Que los vean!, ¡que sepan quienes son!, ¡que se sepa lo que hicieron!, para que tengan la oportunidad de comprender la vergüenza, el dolor, la infamia y las miradas de todos preguntándose que paso y por qué pasó. Quizá tengan la decencia de pedir perdón público, vayan a un médico a que los trate y redefinan su vida, o simplemente se aíslen más, autojustificando sus acciones, porque ese día lo habían embargado, mirado feo o alguna otra pendejada.
Los abuelos sabiamente decían “a una mujer no se le pega ni con el pétalo de una rosa”, y no lo decían por meterlas en una caja de cristal o considerarlas débiles, lo hacían porque comprendían mucho mejor que lo que lo hacemos hoy, el rol de la mujer en la sociedad.