Ya sabemos por qué el amor y la locura andan juntos. Cuentan las leyendas (o los cuentos de los cuenteros), que un día jugaban a las escondidas los sentimientos, y mientras contaba Paciencia, Afán corrió a esconderse sólo, Soledad siguió sus pasos, Cariño y Ternura se fueron detrás de un sofá; Locura tomó de la mano al amor y la llevo entre un rosal, con tan mala suerte que cuando estaba a punto de encontrarlos, Amor se levantó asustado por Paciencia, y se picó los ojos con las espinas de las rosas, y desde allí se dice que el amor es ciego y es llevado de la mano pacientemente por Locura.
Lo que no nos contaron de esa misma tarde en que Amor encegueció, Locura se ató a él y que nadie encontró a Soledad, es que al mismo tiempo se escondieron Franqueza y Sinceridad; y fueron tan buenos su escondites, tras las palabras confusas y las metáforas alegres, que no fueron encontrados, y Paciencia se preguntó si quizá ellos se habían escondido juntos.
Los sentimientos preocupados comenzaron a pensar dónde se podrían haber escondido, y después de muchas horas de debate, Razón tomó la palabra y dijo: no creo que Franqueza y Sinceridad se hayan conocido, porque de ser así, deben estar en un silencio profundo, porque cuando se es sincero con alguien que quieres, usas a Mentiras para decirle las cosas de una manera más suave y sutil, y cuando eres franco con alguien, tienes que ser tajante al decirle aquello que piensas sobre alguien y has guardado en tu corazón por mucho tiempo, y por más vericuetos que uses, palabras confusas, metáforas divertidas o ejemplos inigualables, siempre terminas diciendo unas verdades muy duras, que le duelen a quien las oye, porque son palabras que se ha negado toda la vida. “Y les aseguro que no están juntos”, dijo Razón, “porque las Verdades y las Mentiras sólo se unen para jugar paradojas”.
Al caer la tarde, Franqueza salió tras las metáforas y fue a cenar con las Verdades, que le contaron todo; mientras que al salir la Sinceridad del arbusto de las metáforas, las Mentiras se le abalanzaron a contarle lo que no habían dicho de ella. Nunca se supo qué pasó esa tarde, y las leyendas cuentan que Franqueza nunca conoció a Sinceridad, porque le daba miedo que su frialdad y fuerza la hiriera, y que la Sinceridad prefirió no estar con la Franqueza, porque siempre ha evitado usar palabras francas y directas.
Lo que no cuentan los cuenteros, es que en las noches, se meten en los sueños de muchos, llenando de sinceridad y franqueza nuestras visiones del pasado y del mañana, para que escuchemos las Verdades que las Mentiras nos han callado.