Que los uribistas llenen las calles de las ciudades, que en las redes sociales se vean evidencias de estas marchas y que los medios de comunicación muestren limpiamente este fenómeno democrático.
El país está en un momento difícil. Estamos llenos de negatividad, pese a todas las buenas noticias que se causan día a día en el país, donde incluso la justicia condena prontamente a asesinos como Uribe Noguera y nuestra Selección de Futbol continúa dándonos felicidades. Es cierto que la economía viene lento y esto era inevitable ante el choque de la caída de los precios del petróleo, el aumento de la inflación y el freno del empleo. La corrupción se convierte en noticia en cada espacio del país y vemos cómo en lo privado y lo público, nuestra ética deja mucho que desear.
Hoy los uribistas y algunos que están contra el gobierno, salen a marchar, a gritar su voz de protesta y de inconformidad frente a un gobierno que no satisface sus expectativas, y dando comienzo al año de campaña presidencial de 2018, que será política y mediáticamente complejo para todos los colombianos.
Y necesitamos que salgan a marchar, para que le muestren al mundo que acá, en Colombia, pese a todo, hay una democracia.
Frágil, débil, a veces insípida, pero una democracia donde usted puede opinar en contra del presidente, donde los medios pueden tomar posición política, donde en los café la gente opina y critica cada acción de nuestros gobernantes.
Una democracia que ha pasado prueba que pocas han pasado y que hoy busca el camino para el fin de un conflicto sangriento, a punta de palabras y no de balas.
Un país donde los militares han visto infiernos terribles para que nuestros hijos sigan viviendo en el paraíso; un país donde muchas cosas funcionan pero solo vemos las que no lo. Un país lleno de indiferencias y plagado de diferencias.
Por eso les pido, que marchen, que los dejen marchar, que muestren todo lo que pase, que nos dejen ver a esas miles de personas que hacen oposición a este gobierno y que dedican su día de descanso a poner una posición clara: no quieren a este gobierno y quieren un cambio.
Yo no marcharé hoy. No porque no este cansado de la corrupción, ni de las mentiras de la clase política, ni mucho menos porque no esté preocupado por el acontecer económico, sino porque no siento que esas ideas políticas me representen, porque detrás de unos discursos necesarios, se esconden razones personales.
Ni soy uribista ni santista, solo soy un analista.