El colágeno es una proteína que forma fibras en nuestro cuerpo y constituye el componente principal de nuestros tejidos conectivos. Estos tejidos, también conocidos como la fascia o la red fascial, conectan todos los órganos desde los músculos hasta los tendones, o las células que nos componen, y son los responsables de darle coherencia, flexibilidad, vitalidad y estabilidad estructural al cuerpo. 

En una publicación pasada compartí sobre algunas características de la fascia y, por ende, del colágeno, sin embargo esta vez quiero ahondar sobre los mecanismos de comunicación y la capacidad de transmisión de información que contiene esta poderosa red.

El sistema de esta red que constituye el colágeno transmite información de manera mecánica, esto quiere decir que su comunicación se da por interacciones de tensión y compresión. Por ejemplo, cuando damos un salto o estamos en movimiento todos nuestros tejidos interactúan entre sí para transmitir la información a gran velocidad. Lo fascinante es que esta red es integral y conecta a todo el cuerpo, por lo tanto cualquier movimiento que se pueda presentar en el cuello es inmediatamente reflejado en todos las partes del cuerpo, inclusive en los tejidos de la planta de los pies.

Según estudios realizados por Thomas Myers, autor del libro ‘Vías anatómicas’, esta acción de la tensión o compresión, al ser vibraciones mecánicas en el sistema integral, tienen la capacidad de viajar a la velocidad del sonido, lo que supone una velocidad tres veces más rápida que el sistema nervioso.

Dicho esto, la red de colágeno es una de las redes de comunicación más rápidas del cuerpo, y esta velocidad no solo garantiza mayor espectro en la transmisión de la información, sino que también permite que haya mayor captación de luz y energía en nuestro sistema. 

Lo que más me parece interesante de todo lo mencionado sobre el colágeno es la revelación de la gran función que los niños cumplen al expandir la información y la luz, a través del movimiento.

Los niños saben perfectamente mantener su colágeno en acción. El movimiento de sus cuerpos, a través del juego o de la tensión y compresión, hacen que sus redes traigan energía y vitalidad a sí mismos, y a todo su entorno.

Si lo pensamos muchas veces, relacionamos el rejuvenecimiento y el bienestar con el consumo del colágeno, pero en realidad aquello que garantiza un estado saludable de esta red es volver a ser niños, moviendo nuestro cuerpo desde la diversión. 

Así mismo, bajo esta visión, podemos entender la importancia del movimiento en los niños, por ello, si queremos más luz en casa, permitamos que se muevan libremente.

Paola A.León

www.frecuencia1320.com