Usualmente acompañamos el acto de escuchar música con otra actividad; mientras nos ejercitamos, cocinamos, trabajamos o nos transportamos de un lugar al otro. Pero, ¿qué surgiría en cada uno de nosotros cuando nos disponemos realmente a escuchar una pieza musical?
Esto es precisamente lo que el proyecto Santosónica, creado por Santiago Velásquez, quiere explorar a través de “Las pequeñas serenatas nocturnas”.
Las pequeñas serenatas nocturnas, que toman su nombre por la famosa obra de Mozart, son un espacio para crear una percepción consciente de la música, donde la escucha va más allá de la audición para fundirse con la totalidad de los sentidos. Este espacio, al trascender las prácticas automáticas de percepción, invita a involucrarnos emocionalmente con los fenómenos sonoros y audiovisuales, para así conectarnos con la información que estas piezas están evocando de nosotros mismos.
Para lograr dicho fin la “serenata” se convierte en uno de los mejores aliados. El nombre serenata deriva de sereno, «calmado» o «reposado»; esta forma musical se caracteriza por permitirle a los músicos alivianar sus presiones académicas de interpretación musical, para expresarse a través de sus repertorios de forma más evocadora, espontánea y libre. Así, esta esencia impresa sobre cada canción es la que impulsa a la audiencia para que las emociones se expresen con libertad, para que los recuerdos conscientes e inconscientes afloren como un acto sanador y para que las inspiraciones surjan en nuevas creaciones.
Más allá de lo que se pueda decir, consideramos más interesante lo que se pueda sentir. Compartimos a continuación “Las pequeñas serenatas nocturnas”:
Pd: Santiago me invitó a ser parte del proyecto para explorar Las Pequeñas Serenatas Nocturnas desde la expresión visual del lenguaje de luz. Abrimos la invitación para que más artistas visuales se unan a este proyecto.
Contacto:
Santosónica: Ondas de exploración, pozos sonoros y canal de sanación.