Sin duda, la tecnología ha sido gran protagonista durante la pandemia en estos tiempos, el teletrabajo, la telemedicina y la educación virtual se han convertido en parte del día a día. No obstante, pese al mayor uso de internet, por diferentes motivos, ya sean económicos y geográficos, muchos colombianos no tienen acceso a varios de estos servicios. El agujero social no solo se ha hecho más evidente, sino que se ha profundizado por el desplome de la economía con ocasión del covid-19. Pero, si hacemos un análisis a las lecciones que nos deja esta crisis, me atrevo a decir que existen caminos para cerrar la brecha en la educación, tema que me ocupa hoy.

Como lo menciona Daniel Garavito en su blog “la humanidad se enfrenta a una oportunidad histórica y única, y se trata de “hacer de la educación el principal mecanismo para la movilidad social ascendente”, es decir que la educación sea integral, que se eduque para la vida y, como dice William Butler Yeats, “educar no es llenar un cubo, es encender un fuego” . Pero cómo hacerlo si las cifras del reciente estudio Digital 2021, elaborado por We Are Social y HubSpot, nos muestran que la brecha digital intensificó otras brechas sociales, y a lo largo del año anterior se alzaron voces llamando la atención sobre este tema: la educación virtual no era una opción para todas las personas. No había conectividad en unos casos, en otros sí se tenía pero no se contaba con herramientas necesarias. En Bogotá, como lo registra IMPACTO TIC, se reconoció que los datos de dispositivos que se tenían estaban relacionados con aquellos disponibles en instituciones educativas, pero se desconocía el contexto en los hogares, entonces era habitual encontrar un teléfono para una sola familia con varios hijos.

¿Cómo cerrar la brecha de la educación?

Para contrarrestar esta realidad considero necesario dejar por un momento el pensamiento de “enfocarse a llevar internet a todas las zonas rurales” para pensar en “consolidar estrategias y planes de acción que permitan un acompañamiento permanente y que ofrezca educación de calidad, según la nueva normalidad”, es decir, generar un balance entre las prioridades del acceso a la tecnología y la educación para la comunidad.

Conozco un proyecto que trabaja en este sentido, se llama EducALL: #LlamadasParaEducar, se trata de la primera plataforma educativa que no requiere internet, ni caros dispositivos para cerrar la brecha digital y que funciona como una radio personalizada, interactiva y por demanda, que además permite mantener y evaluar las clases como otras herramientas basadas en internet, es como tener Spotify + Asistente de voz + Wikipedia + Traductor + Moodle + Recomendaciones de Youtube en teléfonos antiguos; proyecto que se complementa con la suma de profesores que crean cartillas y metodologías diferenciales para promover diversión y conocimiento a aquellos niños que hacen una llamada para educarse.

Y en línea con este proyecto, les recuerdo el legado educativo y cultural de Radio Sutatenza, que nació en ese pequeño pueblo de Boyacá, siendo la más poderosa estación radial con propósitos educativos del mundo. Y lo traigo a colación porque durante cuatro décadas educó a miles de personas y su modelo fue replicado en 24 países. ¿Cuál era la tecnología del momento? La Radio… ¿cuál fue su metodología? El propósito de hacer libre a la sociedad mediante el conocimiento.

¡En Colombia sí se puede, ya lo hicimos!

Pienso que hoy más que nunca es necesario aprovechar los conocimientos y experiencias de la educación a distancia por medio de las tecnologías disponibles para cerrar la brecha de la educación. Nuestro país fue referente mundial en educación a distancia y estoy segura D que volveremos a serlo con proyectos como #LlamadasParaEducar.

¿Ustedes qué opinan?

Créditos: IMPACTO TIC, EDUCALL

Foto: Educall – Daniel Garavito