Estamos en una era pospandémica, y aunque suene lo mismo, las tendencias de compra y necesidades de los usuarios han cambiado potencialmente, ahora pensamos en un mundo más sostenible y todas las áreas de los negocios deberán enfocarse a cumplir con esta premisa.
Un claro ejemplo de esto son las e-commerce. De acuerdo con la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), durante el primer trimestre de 2022, el total de ventas en línea fue aproximadamente de 12,2 billones de pesos, lo que se traduce en un aumento del 47,6% respecto al primer trimestre de 2021, lo cual sugiere que, a mayor conectividad, mayor número de usuarios y por ende diversidad. La pregunta es ¿Las e-commerce promueven la accesibilidad a personas con discapacidad? Desde mi percepción falta mucho por hacer. Las personas con discapacidad necesitan una serie de adaptaciones para poder navegar con facilidad en la red. Por eso, para que el comercio electrónico y las páginas web sean accesibles a todo el mundo, tienen que diseñarse de manera inclusiva y sus contenidos deben ser accesibles, independientemente de las condiciones de los usuarios.
El comercio electrónico debe ser pensado desde la diversidad de sus clientes potenciales para sobrepasar las barreras de la interacción. Según la Organización Mundial de la Salud, el 15% de la población global tiene algún tipo de discapacidad, lo que significa un reto para su inclusión en diferentes momentos del día a día, y en ocasiones las compras online puede ser uno de ellos.
En ese sentido, quiero traer a colación la propuesta de Ecomsur, respecto a generar una accesibilidad desde el punto de vista de la responsabilidad social, es decir, un compromiso que trasciende a lo digital. Según su vocero Elías Zafe, Gerente Corporativo de Negocios “Si implementamos la accesibilidad web en nuestros sitios, será un signo de responsabilidad social. Un compromiso con los usuarios, siendo empáticos con cada una de las diversidades. Esto mejora la experiencia y al mismo tiempo genera impacto positivo a los clientes y usuarios”.
Entonces, ante la pregunta ¿Las e-commerce promueven la accesibilidad a personas con discapacidad? les comparto las recomendaciones de la agencia especialista en el tema Ecomsur.
Dislexia, visión reducida, discapacidad auditiva, discapacidad motora e incluso la ansiedad, son algunos de los factores que pueden intervenir en la experiencia web y estas son algunas recomendaciones hacer de los sitios webs lugares más inclusivos, vistos desde todas las aristas como la comunicación, el acceso, la venta, etc:
- Ortografía y color: No basar la búsqueda con ortografía correcta y/o precisa. Contraste de color y tamaño de letra.
- Facilidad para consumir información: Diseñar espacios amplios. Demasiada precisión al hacer clic se le puede dificultar a algunas personas. Activar subtítulos a contenidos audiovisuales.
- Acercar el contacto: Tener a disposición varios canales de comunicación y que el comprador tenga la libertad de escoger la manera en que quiere ser contactado. Poner información relevante a primera vista.
- Proporcionar elementos de ayuda: Mantener una comunicación clara en los llamados de acción. Imágenes y diagramas para dar soporte al texto.
Es decir, si actualmente Internet se basa en acceso a contenidos, productos y en el hecho de compartir e interactuar, es necesario que cualquier persona tenga la posibilidad de interactuar, compartir y participar en las conversaciones de las comunidades virtuales: desde descargarse un cupón descuento, realizar una compra de una entrada al teatro u otros productos, hasta firmar una petición en favor de una iniciativa social o realizar una donación a una entidad social.
Hoy me referí a las e-commerce, pero la verdad es que es una responsabilidad del mundo. ¿Qué piensas tú?