No sé qué opinen ustedes, pero desde mi punto de vista estamos pasando por un periodo difícil en términos de comunicación. ¡No hay diálogo, empatía, tolerancia ni respeto!. Pienso que es un tema que se visualiza en las instituciones públicas (de todos los niveles nacionales, distritales, regionales y locales), donde se promueve la polarización por la política y por tanto, el conflicto por diferencia de opiniones en la sociedad; en los medios de comunicación donde, en algunos casos, la labor informativa neutral se ha convertido en un proceso de promoción y defensa de su opinión según sus intereses particulares que además trasciende a noticias falsas; en las familias, donde la falta de tiempo por el acelere de nuestras ciudades, tratar de conseguir el sustento económico y cumplir con todo tipo de responsabilidades, se ha convertido en factores determinantes para generar la soledad y por consiguiente un ambiente de poca confianza y diálogo, poniendo en riesgo el bienestar de, entre otros, nuestros niños, niñas y adolescentes.

¿Y cuál es la solución? Yo propongo la comunicación humana, en donde el eje fundamental es nuestro propio desarrollo, bajo un compromiso moral y ético. Por ello, comparto el manifiesto para la comunicación sostenible de Pablo Benavides, que aplica a todos los entornos en que vivimos y que sugiero sea aplicado en nuestras empresas, instituciones y familias.

“Manifiesto para la comunicación sostenible

 

¡Los invito a ponerlo en práctica porque lo necesitamos urgentemente! Yo creo firmemente que podemos aplicarlo para visualizar un cambio. ¿Qué dicen ustedes?

 

Los leo en los comentarios.

 

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