Si hay algo que simboliza a la cultura árabe, casi sin distingo, es la tradición de fumar ‘shisha’ o pipa de agua. Es una forma de relajarse y compartir con amigos y familiares en un ambiente de camaradería.
Se topará con ella vaya donde vaya en el mundo árabe, ya sean en cafés, playas, desierto o montaña.
Es común ver un grupo de amigos, tomando café y jugando Backgammon, juego de mesa originario del Antiguo Egipto, mientras inhalan la pipa de agua. También se ven mujeres, ataviadas con abaya y velo, conversando y compartiendo en los cafés.
Pero esa tradición tan árabe, como suena, tiene su origen en India, en el sureste asiático, donde fue inventada por allá en los años 1500, cuando gobernaba el emperador Akbar de Mughhal.
La pipa fue inventado por un médico de la corte preocupado del tabaco en la salud y creó un sistema que permite que el humo del tabaco pase a través de agua para ser “purificado”.
El aparato, conocido entonces como por el nombre hindú de “hookaj”, se convirtió rápidamente en un símbolo de la aristocracia india.
La shisha se dio a conocer primero en Irán y luego Turquía hace unos 500 años. De hecho adquirió el nombre de “shisha” viene de la palabra persa “shisheh”, que significa vaso.
Esta ingeniosa pipa de agua entró al mundo árabe por el Líbano, Siria, Egipto y luego Marruecos.
Con el pasar del tiempo adquiere diferentes nombres: En árabe clásico como “narghila” y el árabe coloquial como “argileh”. Pero en la jerga popular se mantienen los nombres originales de “hookah” o “shisha”. En español, algunos la conocen como la cachimba
Se trata de una pipa de agua de agua caliente, que tiene en su base una bombilla de vidrio, con decoraciones especiales. Esa bombilla está conectada en su parte superior a un depósito de carbones al rojo vivo y tabaco, cuyo humo se inhala a través de una o varias mangueras conectadas al envase.
Se usa comúnmente para fumar tabaco, mezcla de melaza y esencias frutales, desde manzana, limón, frutos rojos. Todo depende del consumidor.
Esa tradición hoy se ha visto golpeada, por las advertencias de salud, por su alto contenido de tabaco. Los expertos aseguran que una sesión de shisha, equivale a fumarse todo un paquete de cigarrillos. Esto ha llevado a que en lugares como los Emiratos Árabes estén aplicando reglas estricta para su consumo. Los cafés de shisha no pueden estar cerca de áreas familiares. Eso ha arrinconado un poco a quienes practican este hábito.
Más allá de las consideraciones de salud, la diferencia es el aroma, dulce, fresco, que deja la shisha.