@Nat_GioX
¿Quién iba a pensar que a un Colombiano lo podrían engañar viajando si nosotros nos las sabemos todas, o no? pues en una cruel bienvenida, a mí me pasó en Beijing.
Pero empecemos por donde es mejor, por el comienzo, primero que todo,¿qué hace este Colombiano en la China? La respuesta simple es que estoy viviendo una aventura, viajando por Asia, de esas que buscan cambiar la vida y ante todo disfrutarla. Estaba cansado de la rutina laboral, de los esquemas convencionales de vida de la sociedad en el que el dinero es la prioridad, luego hacer una familia y establecerse. Tienen que haber mejores alternativas ya que siento que eso no es para mi, pues al contrario, yo soy un apasionado por los viajes, por explorar, por la naturaleza, por nuevas experiencias. Sentí que tenía que aprovechar mi situación actual, mi vida mientras tengo la posibilidad de disfrutarla con algo de dinero, salud y el apoyo de las personas que quiero y en particular de mi novia, una mujer muy chévere que me ha apoyado y motivado en esta aventura aunque desafortunadamente no me pudo acompañar. Así que me embarqué en una cruzada por recorrer países del lejano Oriente en un viaje de varios meses. Quienes me conocen saben que soy muy despistado, impuntual y desordenado pero aparte de esos defectos menores, que por cierto son terribles para el viajero, soy una buena persona que termina cayendo bien, o al menos eso quiero creer. Con lo anterior en mente y luego de mucho pensarlo viendo vídeos y libros motivacionales que nos empujan a atrevernos a hacer lo que nos apasiona me convencí del cuento y me decidí.
Porque, «o la vida es una gran aventura o no es nada en lo absoluto». Renuncié a mi estresante pero cómodo empleo, compré el tiquete y me propuse disfrutar la montaña rusa que será este viaje: 5 meses, 8 países. Se armó el plan.
Los viajes que para mi valen la pena son un reto y tienen muchas buenas experiencias pero también tienen varias dificultades. En mi caso he sufrido varias veces durante mis travesías y esta que empieza no podía ser la excepción. Lo importante es recuperarse para continuar en el camino y aprender la lección.
Pero volviendo al tema, doy mi primer paso en tierra firme de Beijing luego de un extenso vuelo de 14 horas desde Chicago. El suelo parece ser igual al de Colombia lo diferente es la cantidad de ojos rasgados a mi alrededor, el idioma y la cantidad de garabatos en los letreros. Busco en vano a mi amiga que me iba a encontrar en el aeropuerto pero nada de ella. Primer paso en falso. Así que empiezo a mendigar un minuto de celular, y no, aquí no hay venta callejera de minutos, así que no hay otra opción sino pedir favores haciendo gala de mi Chino (es decir con lenguaje de señas). Mi amiga contesta y con algunas excusas me dice que no alcanza a llegar así que ahora debo defenderme y encontrarla en una estación del metro, lo cual finalmente logro.
El verdadero problema vendría al otro día cuando salí muy entusiasmado a conocer la famosa plaza Tiannamen. Allí entre millares de chinos disfruté del imponente lugar (que es la plaza más grande del mundo por cierto) con las puertas de la ciudad prohibida al fondo. Los chinos eran muy amables. Incluso algunas chicas me pidieron tomarme una foto con ellas. Debo advertir que eso es normal aquí pues para muchos de ellos somos unos bichos raros y con esta cara de gringo que tengo, aún más. Me estaba empezando a agradar la gente de este país.
Luego, un Chino me habla en un buen Inglés y me cuenta un poco de la historia del lugar, es profesor de historia en Xi’an y se ofrece a acompañarme un rato mientras se encuentra con su grupo. Yo con algo de desconfianza acepto y seguimos hablando. El tipo resulta ser buena gente y mientras vamos llegando al lugar me invita a tomarnos un té ya que es una ceremonia tradicional de la China. ¿Por qué no? me pregunto yo… el hombre ordena un par de bebidas y hablamos de la historia China, de las costumbres, etc. Me invita a una sala contigua de karaoke y al tipo le da por cantar una canción deBackstreet Boys lo cual me pareció sospechoso además de gay. Por tanto decido despedirme, no sin que antes llegue la cuenta por 1600 Yuanes (250 dólares).!¿Quééé??! ahí confirmo que fui embaucado, me siento como un idiota sin salida con los Chinos presionandome por pagar. En un acto de extensión de mi idiotez le digo que no tengo sino 400 yuanes, les pago para evitarme problemas y me voy sabiendo que fui robado. Hasta ahí sería hasta entendible la situación de no ser porque ya me hubiera pasado algo similar en Cuba (pero esa es otra historia). Así que como dicen, que la segunda sea la vencida y no se repita.
Naturalmente después viene la culpa y el arrepentimiento de por qué fui tan ingenuo ante tantas señales evidentes, ¿qué hubiera pasado si hubiera actuado de otra forma, por ejemplo simplemente reusándome a pagar, etc, etc?. Lo cierto es que fue así y sólo me queda aprender de esto.
Creo que los Colombianos somos abiertos, amables y principalmente confiados de que nos sabemos todos los trucos a la hora de que nos traten de hacer trampas. Ese es justamente nuestro punto débil para caer en situaciones como esta pues consideramos que este es el buen trato que también daríamos nosotros a un extranjero. Tal vez estamos preparados para otro tipo de robos más directos pero no para estos más sutiles. Sea cual sea la razón y como diría el presidente:Compatriotas, desconfíen de tanta amabilidad en el paseo. En particular no se dejen llevar a sitios ni situaciones donde tengan que comprar algo ustedes o quienes los abordan.
Y yo por mi parte seguiré en el camino a pesar de las adversidades viajando con el pie izquierdo (con todo respeto a los zurdos) para que ustedes que leen esta historia lo hagan con el derecho porque creanme que vale la pena tomar el riesgo. Si le ha pasado algo similar cuéntenos en los comentarios. ¿O también se las sabe todas?