Uno de los lugares que previamente a iniciar este viaje había capturado mi atención era uno donde habían cientos de grutas en la pared de la montaña. Esto lo vi en unas fotos de Facebook y me pareció un lugar muy interesante para conocer. Así que armado de mi curiosidad, me hallaba ya en un bus camino a Luoyang, la ciudad donde se encuentran estas cuevas.

Las redes sociales y el viajar:
Y es que las redes sociales se han vuelto un medio de difusión de viajes. De seguro un amigo suyo ha publicado en Facebook las fotos de su último viaje despertando en usted algo de envidia y sobre todo ganas de viajar a alguno de esos lugares. También están las páginas de viajes en esta y otras redes sociales que cada cierto tiempo comparten fotos de lugares espectaculares a los que uno quisiera ir como la Bioguia o Planet Earth Phenomenon, NatGeo, etc. de manera similar funcionan otros sitios como Digg y Stumble Upon que agregan noticias y artículos relacionados con viajes. Con tanta información, no tema en recibirla y descubrir algún lugar que puede ser su próximo destino.

Encontrando un compañero de viaje:
En el hostal de esta desordenada urbe que es Luoyang, como parte de estas casualidades y fortunas que a veces brinda el viaje en solitario, conocí a un italiano que tenía un itinerario similar al mío. Así que decidimos unir fuerzas y hacer el recorrido juntos. El tipo era buena gente, de apenas 25 años y recorriendo China por segunda vez siendo esta por dos meses. Qué buena vida la del tipo y en general de los viajeros europeos europeos y australianos que se pueden dar un lujo de estos a tan corta edad gracias a buenos sueldos en trabajos simples (mesero por ejemplo) y al patrocinio de sus padres. Una de sus cualidades era además que hablaba Chino! Lo cual de seguro facilitaría la interacción con los locales.

Salí a comer algo y me encontré en un restaurante que por su decoración de baldosa y lo poco agradable de su interior podría también haber sido un baño público. Pero la comida que servían parecía ser deliciosa. Una mujer que solo habla Chino me señala lo que puedo pedir y sin saber que es obedezco y recibo un número. Lo interesante viene cuando un pequeño chino, con los ojos más pequeños y rasgados que recuerdo haber visto, sale gritando el número con toda su fuerza, hasta que aparezca el dueño del plato. Todo un espectáculo! y los fideos, deliciosos.

Los famosos fideos en Luoyang
El restaurante con meseros gritones
El mesero más sonoro del lugar

 

Un nuevo lugar a visitar:
Yo había pensado quedarme un día nada más aquí pero para ajustarme a la ruta de mi compañero de viaje me quedé otro, que aprovechamos para visitar otro destino natural que no tenía en mente: el cañón de Longtan. Este prometía ser un lugar de gran belleza natural y al llegar allí lo pudimos comprobar, sin embargo sus encantos habían sido de nuevo adaptados al mejor estilo chino con edificios, plataformas artificiales que recorrían todo el barranco y hasta un centro de visitantes con juegos para los miles de visitantes casi en su totalidad locales que llegan al parque. En cuanto al atractivo natural, se destaca por ser un pequeño río que corta las paredes verticales y estrechas de una formación de quartztita roja. Tiene la designación de Geoparque mundial de la UNESCO. El recorrido se hace caminando río arriba por una plataforma artificial que se fija a las paredes del cañón en los puntos más estrechos. Las formaciones son bastante interesantes pero el hecho de estar tan adecuado al turismo le resta encanto al lugar. Cientos de chinos iban con nosotros en una lenta procesión de toma de fotos, mujeres con tacones, avisos en mal inglés. Llegamos a una zona de descanso donde se erige una espectacular piedra en forma de torre pero también, para la conveniencia de los turistas, hay tiendas de comida, souvenires y baños en medio de este entorno natural.

Entrada al museo anexo al cañon. Interesante información.
Ya al interior del cañon.
La fila de gente recorriendo este bonito lugar.
Cañon de Longtan
La proseción continúa rio arriba
Una pequeña cascada infranqueable de no ser por el camino construido.
Un monolito se levanta en medio del valle
Casi nos engaña esta cascada "naturalmente" artificial
La zona de visitantes con todo tipo de comercio y juegos...
El muro de escalada "natural"
Deporte extremo Chino...

Ya al final del recorrido, cuando el cañón se ensancha para formar un valle, está la joya de la adecuación para turistas: una zona de juegos acuáticos sobre el río, un puente colgante turístico con un piso intencionalmente inestable de cadenas que se cruza unido a un arnés y un cable. Admito que pagué por hacer este recorrido para ver como era y no estuvo mal pero tampoco muy emocionante. Se encuentra también una cascada que a lo lejos parece natural pero en realidad no lo es. Pasando esta zona viene el muro de escalada que se veía prometedor en estas paredes de piedra hasta que noté que a la piedra le habían puesto cientos de presas artificiales para facilitar la subida de los turistas. Y para terminar está el carro eléctrico que cómodamente y por un costo adicional regresa a los cansados chinos a la entrada. No tomamos este carro y mientras caminábamos pasaban los carros llenos de chinos que nos miraban como bichos raros por ir a pie. Al final tuvimos que correr unos 3 km por miedo a que nos dejara la van en que veníamos, pero no hubo problema pues los chinos con quienes compartíamos el transporte tardaron mucho más. Este parque me dejó buenos recuerdos de paisajes pero también el sinsabor de un turismo artificial.

La colina cavernosa:
El día siguiente la visita fue al destino que originalmente me había traído a este lugar: las grutas de Longmen. Se trata de cientos grutas que fueron talladas en las colinas bordeando el río. Su razón de ser era religiosa pues fueron hechas como altares para adorar a Buda. Estuvieron de moda entre los siglos VI y X en China y otros lugares de Asia, de manera que este no es el único sitio donde se pueden ver pero si uno de los más famosos. Cada una de estas grutas, de tamaños que iban desde la palma de la mano hasta 15 metros de altura contenía un pequeño buena o una representación relacionada. El cerro literalmente parece un queso gruyere con todos estos agujeros y es una imagen impactante para los visitantes.

Cada gruta con su Buda
Las estatuas principales
Los guerreros que cuidan a Buda
Rio de gente y rio de agua
Vista hacia la otra orilla
Miles de grutas
Algo de meditación?
Grutas por doquier

Lo que no fue tan agradable fue la cantidad de gente visitando la zona. En su mayoría turistas locales a causa de la semana de vacaciones colectivas del país. Sin embargo ya con algo de resignación pues esto sería la constante en China, me dediqué a recorrer este lugar al paso que las masas permitían. Hay unas cuantas grutas que se destacan por su tamaño y esculturas, y el lugar en general es bonito al borde del tranquilo río.

 

 

Ya en la tarde estuve libre para tomar el tren bala para el siguiente destino, Xi’an y apresuradamente llegué a tiempo a la estación. El italiano no llegó y así que por mi cuenta pase las 2.5 horas restantes a 300Km/h hasta llegar a esta nueva ciudad llena de historia y punto importante de la ruta de la seda. Que pasó allí? Que pasó con el italiano? En la siguiente entrada les cuento.

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